vitoria. Los nuevos gestores del Hospital Quirón de Gasteiz, la antigua clínica La Esperanza, se enfrentan a su primer foco importante de conflictividad desde que tomaron las riendas del centro hace menos de dos meses. Sus empleados, cuyo convenio expiró el pasado mes de diciembre, reclaman abrir una negociación "inmediata" con la dirección para renovarlo y, de esta forma, al menos mantener las condiciones laborales de las que disfrutaban antes del cambio de accionariado. Temen que, como consecuencia de la Reforma Laboral, la firma pueda "degradarlas" desde el próximo 7 de julio, el día en que concluye la llamada ultra actividad de los convenios colectivos. "Lo único que queremos es que dejen el convenio como está, pero no negocian y dicen que no van a firmar", denuncia Laura Sancho, representante del comité de empresa del centro.

Los trabajadores llevarán a cabo esta tarde, a partir de las 14.30 horas, una concentración a las puertas del centro en la que volverán a exigir la apertura de estas conversaciones para renovar el acuerdo. La plantilla, compuesta por 70 trabajadores, lleva en realidad manifestándose más tiempo, desde hace cuatro meses, cuando Quirón todavía no había desembarcado en Vitoria. No en vano, los antiguos gestores, el grupo USP, paralizaron la negociación del convenio precisamente cuando el proceso de compraventa estaba ya en marcha. Ya advirtieron entonces los trabajadores de que esta decisión carecía de "lógica", porque en ese momento la estabilidad laboral que suponía contar con un convenio cerrado y la paz social consecuente complementaban "cualquier buena carta de presentación". "Por el contrario, negar la negociación sólo podría entenderse en el inaceptable y antisocial objetivo de ofrecer a los nuevos compradores la opción de precarizar y desregular las condiciones laborales pactadas en el acuerdo hasta ahora vigente", señalaron entonces. Ahora, creen que estos temores van a cumplirse.

En este contexto, al margen de las movilizaciones -se llevarán a cabo todos los jueves a la misma hora-, el comité ha iniciado una recogida de firmas de apoyo a sus reivindicaciones y no descarta llevar a cabo acciones más contundentes en un futuro no muy lejano. Al margen del problema con el convenio, Sancho denuncia que tras varios despidos la plantilla se encuentra "al límite", "bajo mínimos" y cubriendo "varias funciones" en muchos casos.