vitoria. La supuesta adicción a las redes sociales y los dispositivos para utilizarlas también afecta a los más pequeños, que en ocasiones demuestran un interés "desmedido" por este tipo de gadgets. La explicación es que obtienen una respuesta inmediata a su acción. "En todas las adicciones -tecnológicas, amorosas, toxicomanías...- hay algo que es estructural y es la existencia de un refuerzo inmediato gratificante. Llamas a alguien que te gusta y puedes hablar con él, te tomas una droga y te pones eufórico, tocas un botón y ves tu imagen, llamas a un número y hablas con tu padre... En definitiva, haces una cosa y hay una respuesta rápida. Eso estimula el aprendizaje y tiene una parte positiva, pero también tiene una parte de adicción", advierte la doctora en Psicología Araceli Medrano.
Los propios padres a veces abusan al utilizar estos aparatos para que los chavales estén entretenidos y no molesten. "Con algunos juegos aprenden estrategias para resolver dificultades, por lo que su uso tiene un lado positivo, pero si eso se da repetidamente, varias veces al día, solamente para distraer al niño y que no moleste, obviamente no es algo pedagógico, no ofrece ningún interés desde el punto de vista del aprendizaje ni de la interacción emocional, porque el niño, además, aprende a que es una manera de estar callado", explica la psicóloga. A eso se le añade el riesgo de que se cree una dependencia. "Puede producir cierta adicción porque en el juego hay dificultades que vas superando y todo lo que sea respuesta inmediata con cierto ingrediente de reto siempre produce enganche".
Cuando un niño descubre la Play, la Wii o el ordenador es normal que esté deseando jugar a todas horas, pero si, pasado medio año, ese sigue siendo su "máximo interés", hay que preocuparse. "Empieza a ser sintomático cuando suple a la actividad normal de un niño, que es estar en el parque con otros niños o hacer deporte. Si deja de estar con sus amigos o pierde el interés por actividades deportivas o lúdicas propias de su edad por estar enganchado a esos juegos, ahí hay un problema", concluye Medrano.