Pekín. El hallazgo de decenas de nuevos cadáveres en los escombros en el día de ayer elevó a 186 la cifra de muertos por el terremoto de 7 grados que el sábado golpeó la provincia central china de Sichuan, mientras los heridos son ya 11.393 y al menos 21 personas están desaparecidas. La zona afectada se encuentra en la misma línea de falla donde hace cinco años otro terremoto, de 8 grados, causó la muerte de 90.000 personas.
La práctica totalidad de las viviendas en ese área, de una población de 58.000 personas, han quedado dañadas en el seísmo, incluidas muchas casas que se construyeron tras el terremoto de 2008. La zona se encuentra sin agua, electricidad o gas y la mayoría de sus habitantes pasó la noche a la intemperie, temerosos de regresar a sus hogares para recoger sus pertenencias, ante las constantes réplicas.