MADRID. En total, hay 16 personas detenidas; ocho en Francia y ocho en España. Además se han incautado 124.000 euros en efectivo y se han practicado varios registros domiciliarios en los que se han incautado cinco relojes de lujo procedentes del secuestro de Luxemburgo, seis pistolas (una de ellas simulada y tres de fogueo) y tres katanas, tres motocicletas, dos turismos y dos chalecos antibalas.
Según ha explicado el Ministerio del Interior en un comunicado, seis empresarios interesados en la compra de productos informáticos fueron confinados en un hotel de París hasta que entregaron cerca de un millón de euros como rescate. La organización también secuestró en un establecimiento de Luxemburgo a 15 joyeros y relojeros suizos de los que obtuvieron 2,3 millones de euros en efectivo, joyas y relojes.
Uno de estos relojes de lujo, que portaba en su muñeca, ha sido clave para identificar al líder de trama, localizado en un control rutinario en Torremolinos. El cabecilla había elegido España principalmente como 'refugio' tras escapar de prisión en Francia y seguidamente cometer los secuestros. También construyó una red de colaboradores en nuestro país para dar salida a los relojes y joyas y blanquear el efectivo.
El cerebro de la organización es un peligroso delincuente de origen argelino que cumplía condena en la prisión francesa de Avignon, de donde consiguió fugarse en octubre de 2012. En apenas un mes tras su escape ya había ideado el secuestro de seis empresarios.
Las víctimas fueron captadas en Marruecos por una prostituta de alto nivel que les ofreció un rentable negocio en la compra de productos informáticos. Para culminar la transacción, la prostituta persuadió a los empresarios para que se trasladaran hasta París con una importante cantidad de dinero en efectivo. En un hotel de la capital francesa se produjo el secuestro, que se prolongó hasta que las víctimas entregaron cerca de un millón de euros en efectivo al grupo organizado.
El siguiente rapto se perpetró en Luxemburgo, hasta donde se desplazó el líder de la organización. Afirmaba ser el jefe de seguridad de un príncipe árabe dispuesto a invertir una muy importante suma en la compra de joyas. Mediante el engaño consiguió congregar en un establecimiento a 15 empresarios de joyería y relojeros suizos.
Allí, armados con pistolas, los integrantes de la organización retuvieron los empresarios y se apoderaron de 1,3 millones de euros en joyas y relojes y otro millón de euros más en efectivo. Para evitar que los empresarios huyeran, los secuestradores utilizaron supuestos chalecos bomba que decían estar forrados con explosivos y que detonarían si alguien se alejaba del lugar.
DETENCION EN CONTROL POLICIAL Tras los dos importantes secuestros, el líder de la organización se trasladó hasta España, concretamente hasta la Costa del Sol, para intentar evadirse de la acción de la Justicia. Sin embargo, un control policial en la vía pública interceptó al líder en Málaga. Mientras los agentes examinaban su documentación (falsa), el criminal logró escapar en su potente vehículo de alta gama.
Tan sólo unas semanas más tarde, la presencia de agentes de la Policía Nacional en la calle hizo que una patrulla volviera a parar al cabecilla de los secuestradores en un control rutinario. Fue inmediatamente arrestado y los agentes comprobaron que portaba en su muñeca uno de los relojes robados en el secuestro de Luxemburgo.