bermeo. La localidad de Bermeo ha quedado resentida, pero no vencida. Tras el duro golpe que supuso el incendio que asoló parte del casco antiguo, a los bermeotarras les toca ahora levantarse y mirar hacia adelante, conscientes de que la recuperación "costará un tiempo", tal y como expresó la alcaldesa, Idurre Bideguren. Ayer, se dio el primer paso hacia la normalidad con el inicio de las labores de limpieza y desescombro de los tres edificios colapsados en la calle Nardiz'tar Jon.

Durante la madrugada del jueves al viernes, 17 profesionales de cinco parques de bomberos de la Diputación permanecieron en el lugar del siniestro enfriando los rescoldos de las ruinas. Según fuentes forales, la misión durante la noche fue vigilar los escombros. Una de las situaciones de mayor tensión la provocó la fachada de una de las viviendas destruidas que carecía de estabilidad. "Hacia las 4.30 horas, han conseguido derribar la zona alta de la fachada con el objetivo de garantizar la seguridad de los técnicos que están trabajando en el desescombro de la vía", matizaron ayer fuentes del operativo de trabajo.

El incendio fue dado por concluido a lo largo de la mañana de ayer, si bien, doce efectivos de los parques de bomberos de Gernika y Derio permanecieron en el lugar para garantizar la seguridad de los equipos técnicos que revisaron toda la zona damnificada.

El Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco movilizó ayer uno de sus helicópteros para analizar desde el aire la Zona Cero del incendio. Las imágenes que tomaron desde la aeronave, una de las cuales aparece reproducida a la derecha de estas líneas, son buena prueba del destrozo que causó el voraz incendio. Como se observa, son cuatro los solares que han quedado sin casas -el de abajo a la derecha ya estaba vacío antes del fuego- y varios edificios adyacentes aparecen sin tejado.

Toda esa gran zona negra donde han quedado desperdigadas vigas quemadas, mampostería agrietada y tejas irreconocibles es la que ayer comenzaron a limpiar los operarios. Se trata de la primera acción para recuperar la normalidad, el ritmo con el que bombeaba la parte vieja de la villa arrantzale, el primer paso para que "vuelva a ser lo que ha sido", como pronunció la alcaldesa, quien reconoció que será una tarea costosa y en la que "el temor y la incertidumbre" estarán en el sentir de los bermeotarras y, especialmente, de los setenta vecinos de los tres inmuebles derrumbados, así como de los otros ocho que han sufrido daños de diversa índole. 22 de las setenta personas que perdieron sus viviendas fueron realojadas por el Ayuntamiento en hoteles y pensiones del municipio.

Hasta seis meses Por su parte, la Diputación Foral ultima la tramitación para que, en breve, puedan realojarse en los 75 pisos forales en el barrio San Martín. Los afectados podrán permanecer en ellos durante un plazo de seis meses. Después, el consistorio estudiará la situación particular de cada uno para prolongarla. A estas viviendas, hay que sumar los ocho domicilios que el Gobierno Vasco tiene en Bermeo dentro de sus programas dedicados a facilitar vivienda, ya sea de VPO o en alquiler, en el programa Bizigune, y que estaban sin adjudicar. El departamento ha ofertado estas viviendas a la alcaldesa quien dispone ya de las llaves para que ocho familias puedan realojarse de inmediato, ya que los pisos están para entrar a vivir.

Tras la reunión mantenida por la Corporación municipal, el portavoz foral, Unai Rementeria, Bomberos, Policía Municipal y Protección Civil, entre otros, la alcaldesa destacó que la coordinación resultó "fundamental" para afrontar el incendio.