CÓRDOBA. En concreto, entre las peticiones de las partes, el Ministerio Público solicita un total de nueve meses de prisión; la acusación particular, ejercida por la madre de los niños, Ruth Ortiz, pide un año de cárcel, y la defensa, la libre absolución.

Al respecto, el juez rechazó la semana pasada que se suspendiera el juicio tras solicitarlo la acusación particular por la presencia de una testigo que está "embarazada" y en una providencia detalla que "la asistencia al juicio" de la testigo no supone "situación de estrés", proporcionándole en este caso "una silla para que pueda permanecer sentada y en su caso una mampara", a lo que añade que "del informe médico no se desprende que no pueda desplazarse al juzgado para ser interrogada".

Según recoge la calificación fiscal, la tarde noche de un sábado de agosto de 2011, Bretón se encontraba con su esposa y sus dos hijos y otro matrimonio amigo en un establecimiento de comida rápida del centro comercial El Arcángel. En un momento en el que el hijo, de menos de dos años de edad, "se puso a chupar una mesa" del local, el padre "le dio un bofetón en la cara, sin que dicha acción le causara la menor lesión alguna".

La acusación particular añade en su escrito que en el momento de la supuesta bofetada, que Bretón propinó al pequeño "para reprimir la conducta" de chupar la mesa, Ruth Ortiz no estaba presente porque había ido junto al amigo a pedir unas consumiciones. El menor "ni lloró ni se quejó por la agresión, quedándose simplemente inmóvil", según indica la acusación.

Además, señala en su escrito que Ruth Ortiz desconocía estos hechos porque no se los contaron ni Bretón ni la amiga que los presenció. Solo los conoció cuando ésta última los puso en conocimiento del juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba al ser interrogada el 3 de mayo con ocasión de la principal causa, en la que Bretón está imputado por la supuesta comisión de dos delitos de asesinatos con alevosía y la agravante de parentesco, además de simulación de delito.

Cabe destacar que Bretón declaró en su momento ante el juez que "no es verdad" que pegara a su hijo José, de dos años de edad, aunque admitió que le dio un cachete, todo ello meses antes del 8 de octubre de 2011, cuando denunció que los había perdido de vista en el Parque Cruz Conde.