Los desahucios en Europa, la cara más dramática de la crisis, llevan firma española con 400.000 familias que se han quedado sin hogar desde 2008 y con otras 200.000 en el filo de la navaja. La razón; el 83% de los españoles vive en propiedad. Fuera, también muchas familias tienen problemas para mantener un techo sobre sus cabezas pero los embargos no adquieren esta dimensión ni esta violencia. Cada país aplica modelos diferentes cuando la gente no puede pagar sus créditos. Por ejemplo, Portugal sufre la crisis con virulencia pero no sufre ninguna ola de desahucios; Italia es azotada sin piedad por la troika, pero sus habitantes disfrutan de mucha menos presión inmobiliaria. Una situación desigual cuando España está a punto de iniciar un debate jurídico y político sobre los desahucios después de cuatro años de una potente campaña ciudadana que ha alcanzado una repercusión sin precedentes.

Los afectados por la hipoteca se han movilizado en el extranjero y han prestado su apoyo a otras plataformas. Así, Stop Desahucios ha apoyado acciones en Berlín, junto a la alianza Zwangsräumungen Bündnis (Desalojos forzados) que se creó hace un año para tratar de evitar el desahucio de una mujer de 70 años en silla de ruedas. Pero hablar de desahucios en este país es hablar de viviendas en alquiler. Y es que en la locomotora de la economía europea solo un 44% de personas vive en pisos de su propiedad y a menudo, la expulsión afecta a personas que cobran el desempleo y cuyo alquiler está cubierto por la administración hasta una determinada cantidad.

Stop Desahucios también ha trasladado sus protestas a Francia y eso que allí los desalojos son inusuales porque suelen concederse préstamos inmobiliarios, y no hipotecarios, con lo que el inmueble no respalda el crédito, sino que el prestatario paga un seguro al Estado para que este se haga cargo de las letras en ciertos casos, como la pérdida del empleo. Además, existe una medida de gracia y los bancos no pueden echar a una familia en invierno.

Pero ni siquiera en los países con más sangría en sus economías pinta un panorama tan negro como en España. Grecia tenía hasta 2009 una legislación por impago hipotecario similar a la española, sin que existiera la posibilidad de la dación en pago. Sin embargo, el gobierno socialdemócrata de Yorgos Papandreu aprobó una moratoria, vigente hasta finales de 2013, que impide a los bancos expulsar por impago de la hipoteca a los inquilinos de una casa si es su primera residencia y es menor de 200 metros cuadrados. En Portugal, el Gobierno ofrece líneas de crédito a desempleados para que puedan reducir su cuota mensual un 50%, hasta un límite de 24 meses, durante un plazo de dos años..

En Italia, 39.474 familias italianas fueron desalojadas en 2011 de sus viviendas por no pagar la hipoteca, un 75% más que hace cuatro años. Es, en cualquier caso, el final de un proceso menos agresivo que en la península. Desde que dejan de pagar, los afectados disponen de dos años para arreglar su situación con el banco. Si no lo consiguen, y una vez transcurrido ese plazo, la entidad subasta la vivienda para intentar recuperar la deuda.

Además los italianos no se han hipotecado tanto como en España porque allí no se ha registrado ningún boom inmobiliario y los bancos no han concedido los créditos con tanta facilidad. El código bancario italiano prevé que para que se ponga en marcha un desahucio es necesario que se hayan producido al menos siete retrasos en el pago y después pasan entre uno y seis meses para iniciar el proceso.

'entente' con los bancos En la legislación de varios países europeos se exige expresamente que se produzcan ententes cordiales entre el banco y los clientes con problemas para encarrilar los pagos. Así, en Bélgica, la ley obliga a los bancos a contactar inmediatamente con los prestatarios en cuanto hay un impago, y a reunirse para desbloquear la situación. En Reino Unido, la entidad financiera y el cliente deben buscar soluciones durante el mes posterior a la entrada en mora.

En otros lugares apuestan más por la vía de la mediación que implica que el banco y el prestatario se sometan al criterio de un tercero para solventar la situación de impago. En Reino Unido, el código de buenas prácticas hipotecarias obliga a las partes a someterse a la mediación de una persona neutral, para que asesore en caso de mora. De hecho, la cifra de embargos están cayendo en picado por las dificultades que tienen las entidades financieras para conseguir las correspondientes órdenes judiciales y por la política de esas entidades de utilizar el desahucio como último recurso.

El drama de los desahucios también sacude a Estados Unidos, donde en gran cantidad de estados basta la entrega de la vivienda como pago total de la hipoteca. El Bank of America, uno de los mayores prestamistas hipotecarios de EEUU, inició a principios de 2012 un programa a través del cual más de un millar de clientes que habían incumplido con sus hipotecas podían convertirse en inquilinos de sus casas para evitar el desahucio.