Por donde quiere cruzar el TAV suele circular la polémica. A preguntas de Bildu, el Gabinete de Javier Maroto aclaró ayer que ha trasladado a Adif informes en los que advierte de las afecciones medioambientales y paisajísticas que conllevaría el proyecto de alta velocidad a su paso por el municipio. Esos documentos incluyen las consideraciones realizadas desde la Junta Administrativa de Ilarraza, que quiere saber si existen trazados alternativos, los niveles de ruido y cuáles serían las vías de acceso. >j.s.
vitoria. No hay sitio en Gasteiz donde los perros puedan estirar las patas sin tener que llevar correa. La ordenanza de tenencia de animales exige que, tanto en las vías y parques como en cualquier otro lugar de tránsito de personas, los canes vayan sujetos para evitar sustos y facilitar la convivencia. La regla incluye a todos, desde los más pequeños hasta los de razas peligrosas, pero rara vez es acatada. La habitual permisividad de la Policía Local alimenta los incumplimientos y enfrenta cada vez a más ciudadanos ante la creciente presencia de mascotas en los barrios nuevos. No obstante, esta situación tiene las semanas contadas. El Ayuntamiento vitoriano aprobará el 31 de mayo una nueva normativa que procura contentar a ambas partes habilitando áreas de esparcimiento donde los perros siempre puedan pasear sueltos, aunque sólo por las noches.
La propuesta inicial, que podría ser modificada durante el periodo de alegaciones ya abierto, establece que esas zonas sean los parques de Aranbizkarra, Lakuabizkarra y Mendizabala, la mediana de Portal de Foronda, el Paseo de la Música (en las traseras del Palacio Zulueta) y áreas delimitadas en Salburua, Olarizu y Zabalgana. En estos espacios, los perros podrán corretear libremente entre las 23.00 y las 8.00 horas, del 1 de junio al 30 de septiembre, y de 21.00 a 9.00 horas el resto del año. Si los dueños incumplen esas limitaciones de horario y lugar, podrán sufrir multas de hasta 750 euros por haber cometido una falta leve. Además, en el resto de la ciudad deberán llevar a sus mascotas atadas con una correa de menos de dos metros.
Aunque el borrador de la futura normativa ha sido elaborado de forma consensuada entre el movimiento asociativo, los técnicos y los grupos políticos, el de las zonas de esparcimiento es un punto que se prevé algo conflictivo. Ayer, en la presentación del documento en la comisión de Medio Ambiente, el PSE subrayó la necesidad de aprovechar el plazo de alegaciones "para hacer modificaciones" y Bildu concretó su queja tanto por la falta de áreas de recreo para animales en todos los barrios como, muy especialmente, por el restrictivo horario establecido. "Hay ciudades que tienen zonas acotadas, pero funcionan todo el día. No es normal tener que salir a la una de la madrugada con el perro para que pasee suelto. Ya verán qué lío se puede montar, entre los ladridos por la noche, los excrementos que algún dueño puede dejar aprovechando la oscuridad...", advirtió la edil abertzale Iratxe López de Aberasturi.
El equipo de gobierno está "abierto a cambios", aunque de primeras considera positiva la propuesta inicial. El PNV también la defendió tal cual está ahora, porque "lo que se priorizan son las personas y el uso que se hace del espacio público, sin dejar atrás los derechos de los animales". Si las zonas escogidas "se abrieran más horas a los perros sin correa", señaló el concejal jeltzale Álvaro Iturritxa, "restringiríamos la libertad" de los viandantes. La diferencia respecto a otras ciudades es que en Vitoria se ha decidido combinar ambos usos en vez de acotar áreas sólo para mascotas para evitar que esos espacios de esparcimiento "se conviertan en estercoleros". No obstante, los nacionalistas creen que con su aplicación podrían surgir "problemas de gestión o interferencias", por lo que abogaron por "dejar las puertas abiertas para ir construyendo la ordenanza día a día".
Tampoco estará permitido que permanezcan atados más de ocho horas, "debiendo dispensar los titulares del animal, a continuación, un periodo de ejercicio físico de media hora". Además, el dueño será el responsable de limpiar los excrementos e impedir que se queden en la calle. Aunque la actual ley ya regulaba los regalitos, la intención es mejorar el control y lograr que los desechos se depositen en bolsas impermeables dentro de las papeleras.