Bilbao. Es emocionante ver a miles de personas recorriendo las calles de Euskal Herria en favor del euskera. La Korrika que acaba hoy en Baiona es una de esas cosas que dan dimensión de país, del país del euskera. ¿Qué significa para usted la Korrika, tiene alguna anécdota?
He participado varias veces, el otro día corrí el kilómetro del Gobierno Vasco con los directores de área y la consejera Cristina Uriarte. Por cierto, corre bastante más que nosotros.
Creo que la Korrika es una fiesta a favor del euskera y que el mensaje que transmite es enormemente positivo -Euskara Eman Elkarri- y concuerda absolutamente con el mensaje en el que insistimos tanto en la legislatura 2005-2009 como hoy, cuando el lehendakari plantea la revitalización del euskera en clave de convivencia y cohesión social.
¿Podremos ver algún día entre la clase política el mismo consenso y amor por el euskera como el que estos días estamos viviendo con la Korrika?
Es necesario, porque el reto es que ese amor se convierta en adhesión activa, en lealtad al euskera, en que la gente que sabe euskera lo use y quien no lo sabe se acerque al euskera, con el objetivo claro de que el bilingüismo social sea cada vez más equilibrado ya que en el monolingüismo no cabemos todos.
Sí, sí, pero no rehuya la pregunta.
El euskera estos años ha tenido un consenso político importante. Todo lo que el euskera ha avanzado en la CAV se debe al consenso logrado en torno a la Ley del Euskera (1982). ¿Qué pasa? Que el consenso no es algo que se compra y se tiene para siempre, hay que alimentarlo constantemente. Hoy necesitamos fortalecer ese consenso y ahí los partidos deben estar a la altura que, desde mi punto de vista, significa: mucho realismo, espíritu de progresividad, compromiso y una actitud proactiva hacia el fomento del uso del euskera. Y para ello tiene que ser posible que la revitalización del euskera trascienda la pelea política del día a día.
Sí, pero... Pero ni siquiera han logrado 'la foto' en el 30 aniversario de la Ley del Euskera. La izquierda aber-tzale se desmarcó y aboga por superarla ya que les parece insuficiente. ¿La Ley del Euskera es pasado?
A veces se escuchan discursos un tanto victimistas o agonizantes. El caso del euskera es paradigmático porque en un espacio de 20.000 m2 se ha producido una evolución desigual de la lengua en estos 25 años. Lo sucedido en la CAV demuestra que la revitalización de una lengua no es una quimera sino algo perfectamente alcanzable. Y la evolución desigual del euskera en Iparralde, Nafarroa y la CAV pone de manifiesto que hay tres factores en la revitalización o en el retroceso de una lengua: un estatus legal adecuado, una política lingüística efectiva y la adhesión de la ciudadanía. Cuando esos tres factores van de la mano, como sucede en la CAV, se da la revitalización y la lengua crece. Cuando no van parejos se mantiene el statu quo, como sucede en Nafarroa. Y cuando alguno de esos factores ni existe, como en Iparralde, la lengua retrocede de forma brutal ¿Cuál es el estatus legal en la CAV? La Ley del Euskera. Por tanto, si hemos llegado hasta aquí no ha sido solo por la Ley del Euskera, pero no hubiéramos llegado hasta aquí sin la Ley del Euskera.
Mirando al futuro, ¿esta ley tiene resortes para una política lingüística efectiva, que es el segundo factor que usted ha citado?
Sin duda, porque la pregunta se puede plantear de otra manera: ¿Qué cosas que la ciudadanía quisiera hacer para avanzar de forma más rápida en la revitalización del euskera no se hacen o no se pueden hacer porque lo impide la Ley del Euskera?
Intuyo que sabe la respuesta.
Yo no encuentro ninguna cosa. Sin embargo, puedo decir que hoy la Ley del Euskera tiene todavía una enorme potencialidad para su desarrollo ya que, en sus previsiones, ha tenido una evolución desigual y el euskera no se ha desarrollado igual en el sistema educativo, en la Administración, en los medios o en el fomento de su uso. Demos a la Ley del Euskera -que descansa en un consenso social y político muy importante- un mayor desarrollo. Los procesos de revitalización son largos, intergeneracionales, y no dependen tanto de una manera casi exclusiva - como algunos discursos pretenden- de los marcos jurídicos y políticos, como de la conciencia lingüística de la ciudadanía y de la intervención pública y política que se haga.
Hay que estar pegados al suelo.
Lo que pasa es que en política lingüística hay que dar el paso del eslogan a realidad. Y la realidad es muy compleja porque no estamos hablando de lenguas sino de hablantes, y las personas y sus actitudes hacia una lengua van mucho más allá de lo que pueda regularse a través de una ley.
¿Van a ayudar este año a las ikastolas de Nafarroa e Iparralde?
Es conocida la sensibilidad del Gobierno Vasco con las ikastolas de Iparralde y Nafarroa, como también son conocidas las dificultades económicas del Gobierno Vasco en sus presupuestos de este año. Habrá que estudiarlo, que no está estudiado.
¿Han dotado alguna partida en el Presupuesto?
No, hay que ver el cuadro de necesidades y posibilidades, comentarlo con ellos y decidir.