parís. El telescopio espacial Planck ha capturado una imagen de la primera luz del universo, un fósil cosmológico transformado en "hiperfrecuencias" que surgió hace más de trece mil millones de años, poco después del Big Bang, informó ayer la Agencia Espacial Europea (ESA).
Se trata de la imagen con más detalle jamás producida de lo que los científicos llaman "radiación cósmica microondas" (CMB, por sus siglas en inglés), que se originó 380.000 años después del Big Bang, y que aún se detecta hoy en las interferencias en las pantallas de los televisores analógicos al sintonizar un canal en blanco, siendo la luz más antigua del cosmos. La imagen captada hace posible "revelar algunas características inexplicadas que pueden requerir de nueva física para comprenderse", según la ESA.
El telescopio espacial Planck fue lanzado en mayo de 2009 en un cohete desde la base de Kurú, en la Guayana francesa, para cartografiar el cosmos y analizar sus orígenes desde una órbita situada a 1.500 millones de kilómetros de la Tierra.
El director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA, el español Álvaro Giménez indicó ante la prensa que "mirando en ese fósil y comprendiendo todos sus parámetros podemos realizar mediciones precisas" sobre el origen del universo. Ademças, según los expertos, la luz muestra pequeñas fluctuaciones de densidad que corresponden a las "semillas" de lo que después fueron las estrellas y galaxias que conocemos actualmente. "La cosmología no ha terminado, queda mucho trabajo por hacer" para llegar a tener "una fotografía consistente", agregó el experto de la ESA Marcus Bauer.
Los satélites COBE y WMAP ya habían producido versiones anteriores de esa fotografía en 1992 y 2003, respectivamente, que establecieron que el universo está compuesto de un 4,5% de materia ordinaria, un 22,7% de materia oscura y un 72,8% de energía oscura. Pero la imagen desvelada ayer por la ESA es diez veces más nítida que la que consiguió el WMAP hace ahora diez años. "La misión de la ESA ha sido capaz de 'sintonizar' la señal CMB con una precisión sin precedentes, eliminando todas las interferencias para mostrarnos la radiación cósmica de fondo con un asombroso nivel de detalle", resumió la ESA, que ha invertido 1.700 millones de euros y 15 años de estudios en la aventura espacial.