Aseguran que el invento revolucionará las redes sociales, que gracias a su polivalencia en asuntos multimedia irá un paso más allá, y que además permitirá a los usuarios que lo adopten compartir su propia vida en directo. El tiempo que necesiten o quieran. Al más puro estilo Gran Hermano. El invento, o gadget, como acostumbra a definir el sector a este tipo de artefactos, no es obra ni de Apple, ni de Facebook ni de Google. Ni tampoco de ninguna de sus filiales o empresas fantasma en Europa. Su autoría responde a la inquietud de un emprendedor afincado en Vitoria que responde al nombre de Enrique García y que, a pesar de haber desarrollado parte de su carrera en California, defiende el sello alavés de este innovador proyecto.
Una idea que nace con la vocación internacional y el sentido de la oportunidad que representan 1.200 millones de clientes, que son los que en estos momentos utilizan en el mundo algún tipo de red social. Bajo esta premisa alumbra García su singular dispositivo para el ocio y el entretenimiento, una herramienta de marketing personalizado que en realidad está llamada a "servir de gancho para mayor gloria de las celebridades", explica el autor. En el objetivo, profesionales del cine, la televisión, el teatro, la moda o el deporte que a partir de ahora podrían compartir algunos de sus momentos más privados con sus fans a través del God-i (Interactive Global On Line Device), que es el nombre de esta mini cámara con la que se retransmitiría en directo todo lo que su portador viera o escuchase. "¿Por qué no un saludo en directo desde el backstage a tus fans antes de salir al escenario en una obra de teatro, o a un concierto? ¿O por qué no dar a conocer los contenidos extra de un rodaje de una película antes de esperar al Blu-Ray?", sostiene este emprendedor como ejemplo práctico del God-i, cuyas reducidas dimensiones y original diseño están pensadas para poder ser transportada como si fuera un colgante.
Origen en San Franciso; apoyo de CEIA y SPRI
El proyecto nació hace cuatro años, fruto, en parte, de la inquietud cinematográfica de su autor, cofundador a su vez del estudio de animación alavés Silverspace, que atesora varias nominaciones a los premios Goya y más de 80 premios internacionales por trabajos como Perpetuum mobile. "Tengo una faceta como cineasta y la inspiración me surgió a partir de mi otra faceta como científico y guionista. La idea nació a raíz de un guión que escribí hace un tiempo en el que describía cómo era el mundo del futuro y en el que existía un dispositivo que ya estaba implantado en la frente de esa civilización...", resume al otro lado del teléfono. El paso del tiempo se encargó de transformar después aquella idea y aquel papel en un proyecto industrial con grandes posibilidades de convertirse en realidad.
Fue tomando fuerza en Silicon Valley (San Francisco), donde a finales del pasado año se presentó en el Rocket Space, una de las aceleradoras de empresas más influyentes del mundo y donde ya hay instaladas más de 130 star up de base tecnológica. Para completar la fase inicial -que servirá para fabricar las primeras unidades- sus responsables estiman necesaria una inversión de 300.000 dólares, que esperan lograr mediante una doble fórmula que englobe al crowdfunding -financiación colectiva en este caso desde el mayor portal del mundo, Indiegogo, con aportaciones desde un dólar hasta los 5.000 dólares- y la inversión privada. En este capítulo, reconoce García haber captado en las últimas semanas la atención de un grupo inversor vasco interesado en participar en el proyecto como socio estratégico. También el CEIA (Centro de Empresas e Innovación de Álava) y la SPRI han colaborado en el lanzamiento de la idea.
El dispositivo, que podría estar listo para el próximo mes de octubre, saldrá a la venta con un precio de 99 dólares (79 euros). Traerá incorporado un altavoz donde el protagonista podrá interactuar con los amigos o fans que están conectados en ese momento con él, y también un GPS para poder ser localizado sólo si el portador quiere serlo. "La idea es que cualquier persona pueda convertirse en una celebridad, al igual que los famosos que todos conocemos, ¿por qué no?", resume el impulsor de esta idea, que de tan sencilla, parece imposible que no se haya llevado a cabo hasta ahora. "Eso ha pasado siempre, no es nuevo. En la sencillez está muchas veces la respuesta".