BILBAO. Entre 2006 y 2011, el presupuesto medio de los hogares de la CAV se incrementó un 2%, de las pocas comunidades del estudio donde se dio esta tendencia (junto con Aragón, Galicia y La Rioja). También el IPC creció en ese periodo en la CAV un 13,8% en los alimentos y las bebidas no alcohólicas y un 52,4% en bebidas alcohólicas y tabaco.

Con todo, en esos cinco años, esa inversión familiar media en Euskadi ha fluctuado de forma muy diversa. En 2007, aumentó nada menos que un 10%, pero un año después, ese crecimiento se redujo de manera importante y fue del 0,3%. Ya en 2009, se produjo un cambio de tendencia (decreció casi un 3%), una evolución negativa que continuó de forma más importante en 2010 (disminuyó otro 4%).

Por último, en 2011 volvió a cambiar la tendencia y la inversión familiar media creció un 2%. La carne (charcutería, carne de ave, bovino, porcino, despojos, casquería, etc.) es el producto en el que más invirtieron las familias vascas, al igual que el resto de comunidades estudiadas. En concreto, este alimento concentra el 23% del presupuesto destinado a la alimentación. Le sigue el pan y los cereales, el pescado, la leche, el queso y los huevos; las frutas y las hortalizas (incluyendo patatas y otros tubérculos): suponen entre un 15% y un 10%.

Rondando el 4% se encuentra la partida de azúcar, confituras, miel, chocolate, confitería y helados y al resto de categorías de productos se destina una proporción inferior.

Con estas proporciones, queda claro lo diferente que en muchos casos son la teoría de la práctica: las recomendaciones dietéticas pasan por comer a diario verduras, frutas y hortalizas, dar prioridad al pescado frente a la carne o el consumo ocasional de queso y también de algunos tipos de carne. Pero todo ello no se refleja como debiera en el ranking de productos en los que más se gasta.

De las 17 comunidades del Estado tenidas en cuenta en el estudio, los hogares de la CAV son quienes más dinero destinan al azúcar, confituras, miel, chocolate y helados (una media de 213 euros, un 25% más que la inversión global, 170 euros), a las hortalizas (479 euros, un 20% más que el desembolso medio del informe, 397 euros), y a las frutas (474 euros, un 20% más que la media del estudio, 393 euros). Pero las familias vascas también son las que menos destinan a las aguas minerales, bebidas refrescantes y zumos (130 euros de media, un 36% menos que la cifra global, 205 euros).

Con todo, las familias vascas realizan un gasto superior al global del análisis en pan y cereales, carne, pescado, leche, queso y huevos; salsas y condimentos, sal, especias y hierbas culinarias; sopas, preparados para postres y levadura; alimentos para bebé y productos dietéticos; café, té y cacao; y espirituosos y licores. Por el contrario, hacen un gasto inferior a la media en aceites y grasas, vinos y cervezas.

En cinco años, el carro de la compra de las familias vascas ha variado. Destaca sobremanera la evolución negativa que han tenido los aceites y las grasas (un 50%), mientras que en las cervezas los hogares en la CAV han aumentado su presupuesto un 34% y en café, té y cacao un 30%. Asimismo, otro tipo de productos que también ha aumentado su presupuesto de manera importante son: salsas y condimentos, sal, especias y hierbas culinarias; sopas, preparados para postres y levadura; alimentos para bebé y productos dietéticos; y el azúcar, las confituras, la miel, el chocolate, la confitería y los helados (en ambas categorías un 17%).