vitoria. No es La revolta permanent, el documental que narra los trágicos sucesos del 3 de marzo en Vitoria sino más bien la revuelta que el comité de empresa del Ayuntamiento está dispuesto a liderar si continúan los recortes de personal. Su presidenta, Mónica Gómez de Segura, ya advierte de que no lo van a permitir y, tras el despido denunciado ayer de seis trabajadoras sociales, da un ultimatum al gobierno popular, si no quiere enfrentarse a nuevos paros como los protagonizados hace unos días por los oficiales de control, con el cierre de centros cívicos.
Anteriormente fue la huelga de las trabajadoras del 010 y el servicio de atención ciudadana y después -se temen- irán a por las empleadas de la limpieza porque en un par de meses vencen más de cien contratos. Y es que antes de que concluya la legislatura de Javier Maroto tienen fecha de caducidad 192 de estos puestos de trabajo, denominados contratos-programa. Por eso vuelven a clamar por un empleo público de calidad y en contra de los despidos.