Kanpezu. IMAGINEN que las tuberías de su casa le devuelven las heces y porquería que a diario se tragan los desagües o las que desaparecen simplemente con apretar el botón de la cisterna. Desagradable, ¿verdad? E insalubre. Pues es lo que ya en al menos dos ocasiones les ha ocurrido a los vecinos de una zona residencial de Campezo. Y todo porque la tubería por la que salen las aguas sucias de la urbanización no está conectada a la red general del pueblo sino a un sistema de depuración que ha dejado de funcionar con la misma rapidez que la empresa encargada de su mantenimiento ha caído en desgracia, concretamente en proceso concursal, como decenas de constructoras en Álava.

Cuando Maite y Miguel compraron su chalé en La Verguilla nunca hubieran imaginado que siete años después tendrían que soportar esta situación. "Hemos pasado cuatro días sin poder abrir el grifo, sin lavavajillas, ni lavadora y teniéndonos que duchar con un cubo de agua dentro de la bañera (...). No se lo deseo a nadie". Y, además, limpiando toda la porquería que subía de las cloacas por la taza del water y la fregadera de la cocina, sin que nadie les diese una solución. Hasta que decidieron que ya no aguantaban más, después de pedir auxilio al Ayuntamiento de Campezo, la Junta Administrativa de Santa Cruz, el Ararteko y hasta al Departamento vasco de Sanidad. "Pensé en sacar a Víctor y Hugo de la ikastola, hacer las maletas e irnos a Vitoria a casa de mi hermana". Pero no fue necesario. El Ayuntamiento mandó llamar a un camión de la firma Onaindia para limpiar la tubería. Una solución a corto plazo, un parche, porque "como no hagan algo, en dos o tres meses nos sucederá lo mismo", asiente indignada. Lo sabe porque su misma situación ya la padecieron dos de sus vecinos en noviembre. "Vienen, vacían la porquería y hasta la próxima vez". ¿Por qué? Porque nadie se hace cargo del problema. "Echan balones fuera", lamenta Maite. El Ayuntamiento dice que las aguas residuales no son su competencia y la Junta Administrativa, que tampoco es responsable porque el sistema de depuración es ajeno al pueblo y depende de la promotora de la urbanización, la constructora Valpo, con problemas económicos y a punto de desaparecer.

Las 24 viviendas afectadas forman una hilera de chalés que se ve nada más entrar en Kanpezu, desde la carretera de Estella. La urbanización se construyó -fuera del núcleo urbano- con la intención de conectarla en un futuro a la red de aguas del pueblo. Mientras tanto, la constructora se haría cargo del sistema de depuración de las aguas instalado a la entrada de la calle. Y así ha sido hasta que hace ocho meses "quebró", explica una de las afectadas. Desde junio, nadie se responsabiliza, así que han cortado la luz, la depuradora ha dejado de funcionar, se han roto las bombas y las aguas sucias de los 24 adosados ya no encuentran salida. "La arqueta que tenemos a la entrada de casa se llena y toda la porquería nos vuelve por la cocina y el baño", detalla Maite.

Una situación que el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco ya ha advertido, tanto al Ayuntamiento como a la Junta Administrativa, de que no puede seguir así, después de la visita que un inspector realizó el lunes de la semana pasada al domicilio de Maite y Miguel. "Ningún ciudadano puede estar en estas condiciones (...), incluso se pueden llegar a precintar las viviendas". Cansados de esperar, los afectados han decidido recurrir a la vía judicial. Y mientras esperan una salida definitiva a un problema que ya viene de largo, rezan para que la porquería no vuelva a asomar por sus cocinas y baños.