la Sanidad alavesa afronta un nuevo periodo de redefinición motivado por el cambio de Gobierno en Euskadi. Tras una legislatura marcada por el proyecto de reordenación hospitalaria de Gasteiz, que se tradujo en la unificación de Txagorritxu y Santiago y la consiguiente creación del Hospital Universitario de Álava (HUA), el camino que a partir de ahora recorran ambas infraestructuras volverá a estar en el centro de la actualidad durante los próximos cuatro años. Poco se sabe todavía al respecto, aunque sí se han despejado dos de las principales incógnitas: Santiago no será reconvertido en un hospital para crónicos tal y como había planteado el anterior Ejecutivo socialista y tampoco se acometerá esa gran ampliación de Txagorritxu con la construcción de varios edificios a su alrededor, debido a las limitaciones presupuestarias. Los dos centros, en definitiva, seguirán manteniendo su identidad histórica, la de dos hospitales generales con sus Urgencias, especialidades y quirófanos.
Pese a todo, el nuevo Departamento de Salud ya ha avanzado que no hará "tabla rasa" con el macroplan sanitario impulsado por el equipo anterior y Santiago y Txagorritxu, entre otras cosas, seguirán funcionando como una organización integrada, el HUA, con direcciones unificadas. Como es evidente, el nuevo edificio de consultas externas ya construido junto al centro de José Atxotegi será aprovechado cuando abra sus puertas en los próximos meses. No habrá más ladrillo, tampoco camas para crónicos, pero el consejero Jon Darpón y sus colaboradores pretenden aprovechar parte del camino andado. Mediante qué iniciativas, el tiempo lo dirá.
DNA ha consultado a varios profesionales del sector sanitario para conocer sus impresiones en este sentido. Ponen su voz y aportan alternativas como, según entienden, no ha sucedido durante el mandato de Rafael Bengoa, donde la gestación del HUA careció por completo del consenso social y profesional que se requiere para ensamblar un macroplan de este tipo. Analizan el presente y el futuro de la Sanidad en Álava, marcado por la permanente crisis económica y la amenaza de "privatización" que para algunos se cierne sobre el sistema público.
"Más que carencias de ladrillo, hay carencia de profesionales. Se ha prescindido de las sustituciones y eso ha resentido el sistema". Habla Kepa Urigoitia, presidente del Colegio de Médicos de Álava, para quien esta legislatura ha supuesto "un nuevo pistoletazo de salida" donde la clase política debe "recuperar la confianza" de los profesionales sanitarios. Entre las prioridades que deberían atenderse, Urigoitia entiende que la principal es "dejar claro qué va a pasar con el HUA, que ha dejado muchas heridas que deben restañarse". Y también, "solventar" el problema de las listas de espera, motivado por los constantes "recortes" en el ámbito del personal.
En este mismo punto coincide la mayoría de profesionales cuestionados por este periódico. "Las listas de espera no surgen porque no se trabaje, sino porque hay una demanda que no es capaz de ser cubierta. Falta personal", denuncia Chema Anda, otorrinolaringólogo que ha desempeñado la recta final de su carrera en el sistema público en el Hospital Santiago hasta su jubilación, hace algo más de año y medio. Anda sigue implicado en la Plataforma en Defensa del centro de la calle Olaguíbel, que nació para detener el proyecto del HUA, y sigue atendiendo pacientes en su consulta privada, desde donde analiza con interés la evolución del sistema de Salud.
A su juicio, ahora debe "mantenerse lo bueno que se ha hecho, como el edificio de consultas externas", pero sobre todo "dos hospitales generales y con capacidad resolutiva". Anda también cree positivo que funcionen de forma coordinada, porque "se abaratarán costes" en muchos campos. Y aunque asuma que el Hospital de Leza "no da satisfacción" como centro para pacientes crónicos, "debería definirse bien qué es el paciente crónico, porque todavía no se ha hecho". Según recuerda Anda, la atención que los dos hospitales vitorianos dan a este tipo de paciente es a día de hoy plenamente satisfactoria.
El discurso más beligerante lo asume Elena Gerenabarrena, enfermera con 21 años de experiencia aunque liberada sindical desde hace cuatro. A su juicio, la mayor amenaza para el sistema también son los recortes aplicados por la Administración, "haciendo seguidismo del Gobierno de Madrid". Según Gerenabarrena, "si se aplica la ampliación del horario semanal a 37 horas y media se perderán 2.500 puestos de trabajo eventuales en Osakidetza. Y los fijos sufrirán una cargas de trabajo inasumibles para una plantilla cada vez más envejecida". Según denuncia, "no hay un compromiso claro hacia una Sanidad universal y gratuita", y si Osakidetza "no está peor es gracias al trabajo diario de cada una de las categorías profesionales".
Lourdes Tobarra, secretaria provincial del Sindicato de Enfermería (Satse), considera por su parte que el sistema alavés sufre "las mismas carencias" que hace cuatro años, principalmente en la atención a los pacientes crónicos. A su juicio, a partir de ahora deben tomarse decisiones apoyadas en informes técnicos, no basadas en criterios políticos, tal y como a su juicio sucedió con el proyecto del HUA.
Respecto a la concentración de servicios de alta especialización prometida por el nuevo consejero, Tobarra exige que "deben formarse equipos excelentes, pero a través de un estudio serio, no hecho por los políticos". Y también, teniendo en cuenta la opinión de los profesionales. Según Tobarra, además, deberían abrirse "lo antes posible" los centros de salud pendientes en Gasteiz, los de Salburua y Zabalgana, para evitar que "Álava siga siendo la gran olvidada".
¿Y qué hay de la cartera de servicios? A juicio de Urigoitia, Vitoria debería contar con dos unidades potentes de cuidados paliativos e ictus, "al margen de los pinitos actuales", y además tendrían que reforzarse varias especialidades para reducir las listas de espera, como Traumatología. "Seguramente será difícil abordar el incremento de la cartera de servicios en la situación actual... Pero con la complementariedad que hay con Bizkaia y Gipuzkoa, la cobertura no es mala", añade Chema Anda. En esta línea, Tobarra también advierte de que "los profesionales caminan hacia la excelencia y no debe haber ningún problema en trasladarse a otro territorio para ser atendido, siempre que lo haga el mejor de cada especialidad". Pero siempre, eso sí, poniendo "todas las facilidades" al paciente para el transporte, una necesidad que también reivindica el presidente del Colegio de Médicos. Urigoitia también recuerda que la hipotética ampliación de la cartera de servicios debería estar ligada a la existencia de una masa crítica suficiente. "Hace falta que se atienda a un volumen amplio de pacientes para mantener una actividad", justifica Urigoitia. "Lo que se haga debe estar basado en estudios serios. El personal es excelente y hay que sacar chispas a lo que ya hay", zanja Tobarra.