El sector del turismo español hace aguas mientras asiste al hundimiento de alguno de sus buques insignia. La muerte del primer holding turístico, Orizonia, ha consumado esta semana el naufragio. La quiebra de Marsans marcó el declive de un modelo de negocio: el de los titanes del turismo, un ocaso que confirmó la bancarrota de Spanair, que comunicó a Aviación Civil el 27 de enero de 2012 que dejaba de volar ante la imposibilidad de seguir operando por razones económicas.

La caída de Orizonia no hace sino seguir la estela de bancarrotas como la de Air Madrid, Spanair o Marsans..., un pinchazo turístico que deja indefensos a los consumidores. Un nuevo revés que obliga a los touroperadores a reestructurarse a marchas forzadas, puesto que el mercado español se ha convertido con la crisis en una tarta demasiado pequeña para tantos actores.

Orizonia confirmó el pasado martes a sus trabajadores el colapso del grupo, que dejará en la calle a la gran mayoría de la plantilla. Una situación que ha sembrado el caos entre miles de clientes. En plena temporada de ofertas 2x1 hacia el Caribe, Túnez o Canarias y con muchas contrataciones para viajes a Eurodisney, Orizonia también ha dejado retenidas a muchas personas en sus destinos. A modo de preludio del hundimiento, hace quince días un grupo de estudiantes se quedó atascado en dos hoteles de la República Dominicana y México a causa de la quiebra de Solplan, uno de los touroperadores del grupo. Y es que el cierre de la empresa implica a mayoristas como Vibo, Iberojet, Solplan, VivaTours, o Cóndor, lo que afecta a más de mil puntos de venta.

sin dinero y sin viaje

Miles de viajeros atrapados

Miles de viajeros se han quedado atrapados y la crisis del holding afecta al sector hotelero de la costa, pero también al de la nieve. Así las cosas, los profesionales miran con mucho recelo cómo se desarrollará el verano. "Estamos notando muchísimo la crisis. En estas fechas había colas para reservar para Semana Santa y ahora vienen con cuentagotas", confirman desde Viajes El Corte Inglés.

Los damnificados por el cierre se cuentan a millares y en Kutxabank llevan toda la semana recibiendo llamadas de vascos que quieren anular pagos de viajes contratados. Y es que, para aquellos traslados, pagados con tarjeta de crédito, no todo está perdido. La compañía envió una circular a todas sus agencias indicando a sus empleados que deben recomendar a aquellos clientes que reclamen que directamente rechacen el cargo en su entidad bancaria.

Sin embargo, centenares de personas con depósitos pagados directamente a agencias del grupo, fundamentalmente Vibo, se han quedado sin dinero y sin viaje. Porque de momento, la extinta Viajes Iberia se declara incapaz de hacer frente a la devolución de los pagos anticipados aunque se muestra dispuesta a proceder a la devolución cuando pueda.

Orizonia ha sucumbido acuciada por las deudas y sin ningún salvador que ponga dinero sobre la mesa. Desde los primeros días de diciembre, en que parecía que Barceló adquiría la compañía, pasando por la brusca irrupción de Globalia en la operación, los acontecimientos se han precipitado terminando como ninguno de los actores imaginaba.

Pero el desmantelamiento de Orizonia solo es la guinda en el maremágnum de problemas en un sector estratégico donde han caído algunas de las firmas más potentes; Spanair, Marsans, Talonotel, Nobeltours, Travelider... Orizonia se lleva con ella a algunas de las marcas más importantes de los últimos años. Quizá es posible que vivamos los últimos coletazos de la crisis, pero están afectando de lleno al único sector que parecía intocable y que, a pesar de todo, sigue generando riqueza.

cayó como un castillo de naipes

Planea la sombra de Marsans

La sombra de Marsans no deja de planear sobre Orizonia. El preconcurso presentado por el grupo con sede en Baleares recuerda al caos que generó el cierre de la compañía capitaneada por Gerardo Díaz Ferrán. La caída del castillo de naipes se precipitó cuando Cristina Fernández de Kirchner decidió expropiar Aerolíneas Argentinas y Austral. Casi en paralelo se abría otro frente: Air Comet. La bajada de los ingresos y las dificultades de tesorería de la aerolínea se fueron agravando durante 2009 y la asfixia financiera llevó a Díaz Ferrán a intentar deshacerse de Air Comet para salvar su patrimonio.

El 21 de diciembre de 2009, en plena operación salida de Navidad, Air Comet suspendía sus operaciones y dejaba un reguero de 25.000 afectados. Casi simultáneamente colapsaba Viajes Marsans, como consecuencia de una delicadísima situación económica. En 2010, tras cien años de actividad, Marsans echaba el cierre con 552 millones de deuda de euros y más de 11.000 acreedores en una historia que aún no se ha podido cerrar.

Mientras Orizonia se prepara para "deshacerse del cuerpo por partes", el cadáver de Spanair todavía está fresco. A finales de enero se cumplió un año desde que Spanair dejó de volar y la mayoría de extrabajadores de la compañía, más de 2.000, a excepción de los pilotos, sigue en el paro y sin cobrar el subsidio del Fogasa. Mientras 30.000 pasajeros están a la espera de la resolución del concurso de acreedores pendientes de recuperar el importe de sus billetes.