bruselas. De las 6.000 lenguas que hay hoy en día en el mundo la mayoría no sobrevivirán al próximo siglo. Un dramático futuro del que el euskera está, de momento, a salvo pero que pone de manifiesto la importancia de no bajar la guardia. Ayer, durante la conferencia anual organizada por la red europea para la promoción de la diversidad lingüística de la que Euskadi forma parte e impulsada originariamente desde Gales, el viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika, reconoció el momento relativamente dulce que atraviesa la lengua vasca, gracias al trabajo de planificación y revitalización de las últimas tres décadas, pero alertó de que quedan todavía muchos retos por delante para garantizar que el euskera siga avanzando y pueda mantener en el futuro su vitalidad y utilidad.

"El euskera nunca en la historia había tenido el número de hablantes que tiene en este momento, más de 800.000, pero esto no debe llevarnos a pensar que el futuro está asegurado. Lo que está en juego a 3 ó 4 generaciones vista no es la pervivencia del euskera, porque no corre peligro de desaparición, sino su vitalidad", explicó en un foro que coincidió con el día internacional de la lengua materna y en el que se reconoció la labor desarrollada tanto por Euskadi como por Irlanda, cuya lengua sí forma parte de las 23 que tienen estatus oficial en la Unión Europea. Baztarrika, que se mostró prudente aunque contrario a lanzar mensajes apocalípticos, explicó que el caso del euskera en la Comunidad Autónoma Vasca es paradigmático porque en apenas 20 ó 25 años ha demostrado que es posible revitalizar una lengua.

Una evolución que ha sido desigual en Nafarroa e Iparralde y que achaca esencialmente a tres factores: al estatus de protección legal que tiene la lengua, a una política lingüística proactiva y, especialmente, a la voluntad de la ciudadanía, además de un consenso social y político importante sin el que hubiera sido imposible avanzar. "En la medida en que estos tres factores incidan simultáneamente será posible avanzar con fuerza, como en la CAV. Si su influencia es débil el avance será moderado, como en Navarra, y si no inciden en absoluto es seguro el retroceso como en Euskadi norte", explicó ante una audiencia interesada en conocer los pormenores de una lengua, el euskera, que ocupa el puesto 51 en el índice Calvet, que en 2012 midió las 531 lenguas de más de medio millón de hablantes que hay en el mundo.

Y el mejor ejemplo de la teoría lo encontramos en los números. Según el viceconsejero, en los últimos 20 años la cifra de vascoparlantes mayores de 16 años se ha incrementado -gracias al sistema educativo y la labor de los euskaltegis- 8 puntos en la CAV, frente a los moderados 2 puntos en Nafarroa y el retroceso de 12 en Iparralde. Esto significa que en 25 años el conocimiento del euskera ha aumentado de forma constante e ininterrumpidamente medio punto por año. Una mejoría ensombrecida por las cifras sobre el uso ya que si bien ha aumentado 4,5 puntos en la CAV, se dejó medio punto en Nafarroa y 4,5 en Iparralde. Por eso, desde el Gobierno Vasco no echan las campanas al vuelo. Reconocen que cada vez hay más personas bilingües en Euskadi pero alertan de que "corremos el riesgo de que el euskera termine siendo primera lengua de cada vez menos personas". Aquí es donde el Ejecutivo de Iñigo Urkullu quiere poner el acento, en conseguir que aquellos que conocen el euskera lo hablen y lo utilicen porque sigue habiendo muchos problemas por resolver. "La escuela es fundamental para la revitalización lingüística. Sin la escuela es imposible pero no es suficiente porque en la socialización el euskera se topa con una lengua hegemónica como es el español y el francés", indicó.

trabajo de las instituciones Además del caso vasco y del irlandés, que cuenta con 1,7 millones de hablantes según cifró ayer la representante del Ejecutivo de Dublín, Máire Killoran, el seminario sirvió de termómetro para medir cómo y cuánto están trabajando las instituciones europeas la cuestión de la diversidad lingüística. A tenor, sin embargo, de las respuestas que dieron diversos expertos y actores políticos no es suficiente. "La Unión Europea pide respeto para la diversidad lingüística. Ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos. Se necesitan acciones concretas en el nuevo presupuesto", advirtió Jannewietske De Vries, presidenta de la red NPDL y originaria de la provincia holandesa de Frisia. "La UE tiene que responsabilizarse de todas las lenguas europeas no solo de las 23 oficiales", advirtió.

En el mismo tono se pronunciaron los eurodiputados François Alfonsi, originario de Córcega y ponente de un informe de la Eurocámara sobre diversidad lingüística, así como la húngara Kinga Gal, copresidenta del intergrupo sobre las lenguas minoritarias y menos habladas, a quienes se sumó Izaskun Bilbao. El primero reivindicó la necesidad de crear una estrategia europea para favorecer la diversidad lingüística para que deje de ser visto como un problema minoritario mientras que la eurodiputada húngara abogó por explicar las ventajas y mostrar que la diversidad no es problema. "No es un lujo sino un seguro de vida", insistió.

En nombre de la Comisión, el director en la Dirección General de Educación y Cultura, Pierre Mairesse, puso el acento en las posibilidades que ofrece el presupuesto europeo en materia de educación y fondos regionales y reconoció que "la gente que tiene la suerte de nacer en un entorno multicultural y lingüístico tiene más oportunidades que otros". Por eso, "hay que dejar de decir que la torre de Babel es un problema. Es una ventaja competitiva frente a otros continentes", sentenció.