Bilbao. La ley Wert ha logrado un hecho casi inédito en Euskadi, unir a toda la escuela vasca entorno a un mismo diagnóstico por encima de los fuertes y heterogéneos intereses que muchas veces separan a sus integrantes. Desde las familias y directores de Secundaria a las ikastolas, pasando por los colegios concertados religiosos y laicos, centros de FP, agrupaciones estudiantiles como Ikasle Abertzaleak o sindicatos y agrupaciones tan dispares como CCOO, UGT o HASI han hecho causa común en defensa del modelo educativo vasco y en contra de la reforma del Gobierno español.

Una veintena de agentes presentaron ayer en sociedad un documento de consenso que llevarán a los centros para su adhesión y al Parlamento Vasco el viernes para denunciar las "graves consecuencias" que podría generar la aplicación de la Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en el proceso educativo del alumnado. Incluso la mayoría sindical, ELA, LAB y STEE-EILAS -que no se han adherido al manifiesto porque lo consideran "insuficiente"- han valorado "muy positivamente" la iniciativa ya que "lo más importante es que veinte agentes se han unido en defensa del modelo vasco después de largo tiempo en barbecho", afirmó Jon Urrusolo de LAB.

El manifiesto No a la LOMCE, sí a nuestro sistema educativo leído ayer por los presidentes de la Confederación de Padres y Madres de la Escuela Pública Vasca (EHIGE) e Ikastolen Elkartea, Usoa Urbieta y Koldo Tellitu, es un texto de mínimos que incide en las discrepancias que han sostenido hasta ahora por separado contra la LOMCE. Critican que la ley Wert "no garantiza ni refuerza" la lengua minorizada de las comunidades con dos lenguas oficiales y convierte el euskera en "una lengua de segundo grado"; es una norma que propone un "modelo segregador" ya que clasifica al alumnado a los 14 años con dos títulos de ESO "de primera y de segunda clase"; además, "impulsa la uniformidad y el control educativo" a través de las reválidas estatales al final de ESO y el Bachillerato; y "reduce la autonomía de los centros" y la participación de la comunidad escolar.

Pese a no contener una interpelación concreta a ninguno de los gobiernos - de España, Euskadi y Nafarroa- ni a ningún partido en particular, el manifiesto representa un toque de atención evidente a los responsables políticos para que practiquen el consenso que la escuela vasca ya ha demostrado y muevan ficha, con el fin de que la LOMCE no se apruebe en sus actuales términos.

Esta postura de mano tendida no implica necesariamente un cheque en blanco a la clase política ni que las críticas sigan sin tener destinatarios con nombre y apellidos (siglas). Aclararon que el manifiesto no se dirige contra el Gobierno Vasco, que ya ha dicho que no va a rendirse hasta el último momento y que practicará el diálogo con el Gobierno español para hacer una ley mejor para todos, respetando las líneas rojas que comparte con la escuela vasca. "Sabemos que la primera intención del Gobierno Vasco es no cumplir la LOMCE, lo importante es el hecho de que los partidos políticos reciban este mensaje de unidad de los agentes educativos de la escuela vasca en contra de la LOMCE", explicó Tellitu en respuesta a los medios.

Uniformidad y segregación Los firmantes del manifiesto consideran que los objetivos que persigue la LOMCE -bajar el fracaso escolar, elevar la tasa de titulados superiores, mejorar la empleabilidad o la relación de la FP con las empresas- "no son significativos para las comunidades educativas vascas, no se adaptan a nuestra realidad". No en vano, las estadísticas y todas las evaluaciones internas e internacionales confirman que Euskadi y Nafarroa ya cumplen los objetivos de la LOMCE y los superan. Una de las grandes preocupaciones del sector es la cuestión lingüística. En este sentido, el documento señala: "Nuestro objetivo, es conseguir un alumnado euskaldun y plurilingüe". Por tanto, añade que el sistema precisa de un "modelo educativo único que tenga como eje principal el euskara" e introducir una metodología que tenga en cuenta el entorno sociolingüístico y las capacidades psicológicas del alumno. Según los firmantes, la LOMCE pone en cuestión este planteamiento "ya que no garantiza ni refuerza la lengua minorizada". Y del mismo modo, apuntan que el hecho de que la LOMCE no considere al euskera como asignatura troncal "la convierte en una lengua de segundo grado". Desde su punto de vista, la LOMCE pone en jaque "la equidad y la calidad", dos de los elementos que idefinen el sistema educativo vasco. Así, señalaron que "esta ley se fundamenta en la exclusión y la segregación ". De la misma manera, afirman que la organización curricular que propone "impulsa la uniformidad y control del sistema educativo" ya que se implementan objetivos no flexibles para las partes del curriculum, se va a evaluar en base a criterios decididos por el Gobierno central a través de revalidas al terminar la ESO y el Bachillerato e introducir controles en la Primaria. Asimismo, se mostraron muy críticos con la intención de Wert de clasificar los centros en función de los resultados y hacerlos públicos. "Orientar la labor profesional y de las escuelas hacia este único cometido, y adoptar medidas no concretadas para los centros que no alcancen unos determinados estándares. ¿Dónde se sitúa la función de la escuela?, ¿no se convierten las escuelas en una especie de academias?", se cuestionaron.