Vitoria. La capital alavesa padeció durante el pasado fin de semana un brote de casos de violencia machista. Los mismos, actuación policial mediante, concluyeron con el arresto de tres presuntos agresores, todos ellos, menores de 45 años. Cronológicamente, la primera detención tuvo lugar en Zaramaga.
Según los datos aportados por fuentes del Ayuntamiento de Vitoria, los hechos tuvieron lugar a las 19.45 horas del pasado viernes en un domicilio particular del populoso barrio gasteiztarra. En él, efectivos de la Guardia Urbana se las vieron con el sospechoso, un varón de 39 años, al que los agentes imputan un supuesto delito de violencia de género ya que, al parecer, agredió a su pareja. Tras este primer aviso, la Policía Municipal tuvo que intervenir el domingo en dos ocasiones para reducir a otros dos sospechosos de haber ejercido violencia machista contra sus parejas.
En concreto, a las 17.00 horas, la Guardia Urbana tuvo que desplazarse hasta una calle del barrio de Ariznabarra. Al parecer, allí se sitúa el escenario de este caso de maltrato en el que estaría implicado un varón de 28 años, que en el momento de la intervención policial estaba agrediendo a su pareja, circunstancia que, desgraciadamente, no es puntual. No en vano, los agentes han imputado a este individuo la presunta autoría de un delito de violencia física y psíquica habitual.
Horas más tarde de este arresto, la central de Aguirrelanda volvió a tener constancia de otro nuevo caso. En esta ocasión, los agentes actuaron en un piso de Judimendi, donde detuvieron a un varón de 41 años.
En otro orden de cosas, la Policía Local detuvo un varón de 22 años como presunto autor de un delito de robo con fuerza, en grado de tentativa, en una colchonería de Zaramaga. Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del pasado 13 de febrero. Entonces, los agentes habían logrado responder con celeridad a la activación de una alarma en un establecimiento. Al llegar al mismo, los integrantes de la patrulla descubrieron que alguien había tratado de acceder al comercio a través de un cristal al que, al parecer, había golpeado y roto con un pico. Con posterioridad, localizaron y detuvieron al autor de los daños que se había escondido bajo un vehículo.
Fue un arresto que se efectuó sin violencia. No tuvieron la misma suerte, sin embargo, los policías que redujeron a un joven de 23 años. Según fuentes consistoriales, se le detuvo por desobediencia, resistencia e intento de agresión. Ocurrió a las 7.00 horas del sábado en Desamparadas, cuando el citado abandonó un bar en el que no habría pagado su consumición. Cuando llegaron los agentes, el sospechoso no hizo caso a las órdenes de estos y se resistió intentando agredir a los efectivos.
navaja de 17 centímetros Por último, la Ertzaintza detuvo en la mañana del pasado domingo a un varón de 31 años por realizar presuntamente amenazas con un arma blanca a otro joven en un local de ocio. Sucedió pasadas las ocho. Una patrulla contactó en el lugar con una de las víctimas, al que el autor le había empujado arrojándole al suelo y, seguidamente, le había intimidado con una navaja. Los agentes localizaron allí al implicado con una navaja de unos diecisiete centímetros de hoja.