Bruselas. En la etiqueta se asegura que es carne de vacuno pero en muchos casos lo que hay en la lasaña, musaka o hamburguesa es caballo. Un escándalo que no deja de propagarse y sobre el que finalmente la Unión Europea adoptó ayer medidas firmes para aclarar si existe un problema sanitario o se trata de un fraude a escala europea. El comité permanente de la cadena alimentaria, en el que están presentes expertos de los 27 socios europeos, dio luz verde al nuevo plan diseñado por el Ejecutivo comunitario, que contempla dos tipos de medidas para identificar la magnitud del problema y atajarlo. Se tomarán 2.250 muestras en productos supuestamente realizados a base de vacuno y se realizará un test por cada 50 toneladas de carne de caballo para aclarar si contiene un potente antiinflamatorio prohibido en la cadena alimentaria.

Según fuentes del Consejo, la reacción de los socios europeos al plan, presentado el pasado miércoles por la Comisión Europea durante una reunión extraordinaria convocada por la presidencia irlandesa de la UE y a la que solo asistieron los países afectados, fue positiva. Algunos países, como Italia, Francia o Reino Unido, instaron a reforzar el etiquetado para incluir una indicación sobre el origen de la carne en los productos transformados mientras que otros como Rumanía o Francia sugirieron la posibilidad de ampliar el tipo de análisis y procedimientos para incluir otros menos costosos que los de ADN.

Sugerencias al margen, de momento el plan aprobado ayer contempla dos tipos de medidas que serán puestas en marcha de forma inmediata por espacio de un mes, aunque prorrogables durante dos meses más. La Comisión Europea también avanzó ayer que estos exámenes serán cofinanciados con fondos europeos aunque no precisó la cuantía de la aportación de la UE. Fuentes del Consejo, no obstante, sí avanzaron que las arcas comunitarias abonarán el 75% del coste, a razón de 300 euros por test, lo que podría elevar la factura por encima de los 3 millones de euros.

En relación con las pruebas de ADN destinadas a rastrear la presencia de trazas de carne de caballo en productos vendidos como vacuno, se realizarán entre 10 y 150 pruebas por país en función de factores como el peso del mercado cárnico o las toneladas importadas. Aunque de momento la Comisión Europea no ha precisado cómo se repartirá por países fuentes del Consejo apuntaron ayer que el mayor número de muestras se tomarán en España, Italia, Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia, los países más grandes de la UE. El grueso de los socios europeos -Bélgica, Bulgaria, República checa, Grecia, Hungría, Austria, Rumanía y Portugal- tendrán que tomar 100 muestras, 50 en el caso de Dinamarca, Irlanda, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Finlandia y 10 en el resto.

El plan contempla además una segunda medida destinada a detectar la presencia en la carne de caballo sacrificada en el matadero o importada de un antiinflamatorio llamado fenilbutazona y cuyo uso está prohibido en la cadena alimentaria. Se tomará una muestra por cada 50 toneladas con un mínimo de 5 test por país. En los planes nacionales de vigilancia de algunos socios europeos, como Suecia, Finlandia o Francia, ya se contemplan análisis de este tipo aunque otros países como Grecia o Hungría evocaron ayer posibles problemas para llevar a la práctica esta recomendación.

Los dos tipos de test se llevarán a cabo desde el 1 de marzo y el objetivo de Bruselas es disponer de los resultados desde el 15 de abril con vistas a tomar nuevas medidas si hiciera falta. "Los consumidores esperan que la UE, las autoridades nacionales y todos aquellos implicados en la cadena alimentaria les den la seguridad que necesitan sobre lo que tienen en el plato", advirtió ayer el comisario de salud y protección del consumidor, Tonio Borg. El político maltés hizo un llamamiento para aclarar cuánto antes el escándalo y pidió a los gobiernos europeos que mantengan la presión hasta tener una fotografía clara de lo que ha fallado en la cadena alimentaria. En la UE se consume anualmente más de 100.000 toneladas de carne de caballo, un productos especialmente valorado por los consumidores de Francia, Bélgica, Holanda e Italia.

análisis positivos en reino unido Mientras, la Agencia de Estándares Alimentarios del Reino Unido (FSA) informó ayer de que 29 de los 2.501 test sobre productos de vacuno que ha realizado en los últimos días han dado positivo por contaminación con carne de caballo. El organismo consideró positivos aquellos exámenes en los que el producto contenía más de un 1% de carne de caballo y subrayó que los 29 casos se refieren a los test desarrollados sobre siete productos que ya habían sido retirados de las estanterías de los supermercados.

La FSA confirmó que los productos que contenían carne equina fueron comercializados en el Reino Unido por Aldi (lasaña y espagueti boloñesa), Co-op (hamburguesas), Findus (lasaña), Rangeland (hamburguesas) y Tesco (hamburguesas y espagueti boloñesa). El director de comunicaciones de la agencia, Stephen Humphreys, afirmó que se puede "asegurar" que los siete productos ya no están a la venta, si bien el director de la FSA en Gales, Steve Wearne, advirtió de que es "imposible" conocer la extensión real del fraude con carne de caballo.

El escándalo llegó también a varios hospitales de Irlanda del Norte que recibieron partidas de hamburguesas de vacuno que contenían carne de caballo. El responsable de la compañía que suministra la carne confirmó que las hamburguesas provenían de una empresa radicada en la República de Irlanda.