gasteiz. A la directora de Emakunde sus hijos Amaia, de 16 años, y Aitor, de 7, le solían tomar el pelo cuando en Mary Poppins aparecía la madre sufragista que, en lugar de estar en casa lavando, participaba en las concentraciones por el voto de la mujer en el Londres de finales del siglo XIX. Así que cuando le anunció a su hija la propuesta del lehendakari, ésta le dijo: "Jo, ama ¿irás no?". "A toda la familia nos ha hecho mucha ilusión, incluida mi ama que también ha sido una luchadora", reconoce Izaskun Landaida.

Leyes de igualdad, reconocimiento legal a todos los efectos… ¿sigue siendo necesaria la existencia de organismos como Emakunde?

Sin ninguna duda. Desde que se fundó Emakunde -precisamente hace ahora 25 años que Txaro Arteaga e Itziar Fernández empezaron de la nada- los avances han sido importantes. En el año 88 había solo 9 mujeres en el Parlamento Vasco, en cambio en el año 2013 hay 37 parlamentarias y 38 parlamentarios. ¿Quiere decir que está todo hecho? No. Quedan muchísimo por hacer; no nos podemos relajar. Tenemos que tener una actitud activa en la consecución de la igualdad.

Si el papel de reclamación de igualdad-legal ya no es tan acuciante ¿Cuál puede ser el rol reivindicativo de Emakunde en estos momentos?

En la Cámara aumenta la presencia femenina; en los municipios cada vez hay más mujeres alcaldesas, aunque lo deseable es que hubiera más; se incrementan también las concejalas. Sin embargo, en los consejos de administración de las empresas la presencia femenina aún es reducida. Si en Europa ronda el 14%, en la CAV se sitúa en un 10%. Emakunde tiene que poner también el punto de mira en la brecha salarial que sufren las mujeres. Otro de los aspectos clave es el de la Educación. Es imprescindible que desde edades tempranas en los centros escolares se incluya el tema de la igualdad. Los niños y niñas deben interiorizar que son iguales; personas con un proyecto de vida propio. No deben verse obligados a seguir un camino según su género.

En este mismo camino, ¿no da la impresión de haber perdido un poco del contacto con lo que las mujeres esperan en el día a día?

Creo que tenemos una oportunidad única para estar en contacto con la calle a través de las asociaciones. Desde Emakunde hay un trabajo constante y muy interesante con las organizaciones de mujeres. Es un área en el que hay que trabajar. Nos permitirá estar en relación con esas mujeres y recibir de primera mano cuáles son sus necesidades, qué esperan de nosotros. Siempre he pensado que la cercanía es primordial. Aunque acabo de incorporarme a Emakunde (lo hizo el jueves de la semana pasada) he podido constatar que hay profesionales estupendos con los que espero hacer muchas cosas, porque veo que les entusiasma su trabajo.

Le pregunto lo anterior porque algunos apuntan que en Emakunde últimamente lo que se ven son muchos "trabajos de gabinete" de la situación de la mujer ¿Estos análisis/estudios teóricos no son sobre todo competencia de investigadores y tesis universitarias?

Dentro de Emakunde existe un área de programas, estudios, cooperación con las instituciones. En el de programas se incluye el trabajo con las asociaciones. Se deben hacer estudios para conocer la realidad en la que nos movemos y tener criterios para adoptar diferentes decisiones. Pero entiendo que el trabajo y el contacto directo con las mujeres es vital. Yo que procedo del ámbito municipal lo veo imprescindible. Hay que saber lo que la gente quiere y necesita; intentar que comprenda porqué en un determinado momento se toma una decisión concreta. Es importante que nos vean como una institución cercana y útil. Esa es la clave.

¿Cree que en un organismo como Emakunde son necesarias más estudiosos teóricos o personas curtidas en la reivindicación a pie de calle: laboral, legal, asociacionista, contra la violencia…?

Pienso que se tienen que complementar. Para adoptar decisiones hay que saber la situación de partida, pero eso no quita para que tengamos que estar a pie de calle y que las mujeres nos vean como una institución que trabaja por los derechos de las mujeres y para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres.

En la anterior legislatura la atención a la violencia de género pasó a depender de Interior. ¿No dejó cierto vacío de contenido en Emakunde al ser éste un aspecto clave de la igualdad?

Sí. Una de las primeras decisiones tomadas por el Gobierno ha sido integrar de nuevo todo el tema de violencia de género en Emakunde. En ese sentido se están dando diferentes pasos para hacerlo de la mejor manera posible; la Dirección quitaba de contenido al Instituto. Conscientes de ello lo vamos a incluir en Emakunde. En este momento es una de los primeras grandes apuestas que tenemos .

¿Cuáles creen que son los retos actuales de la mujer a los que Emakunde debe dar respuesta?

El empoderamiento es clave; es vital que las mujeres sean conscientes de que es importantísimo que estén en la toma de decisiones para trasladar también la perspectiva de género, su punto de vista que puede hacer cambiar una decisión. Es interesante trabajar en ello. Hay cantidad de flancos en los que incidir. En el ámbito de la empresa hay muchísimo por hacer. Además, hay que educar a los niños y niñas para que interioricen la igualdad desde el minuto uno y que lo vean como algo normal.. Hay infinidad de áreas y trabajos que por hacer.

Hablamos de igualdad, pero si no hay paridad en la relación de pareja: atención hijos/as, horario adaptable, atención a mayores, a enfermos, labores de casa…? ¿Se avanza o el paso es lento hasta la exasperación?

Los datos dicen que son mayoría las mujeres quienes se ocupan del cuidado de personas dependientes, tantos niños y niñas como mayores. Pero a mi me gusta ver siempre el vaso medio lleno. Observo cambio de actitud en las generaciones jóvenes. Hay muchos hombres que, por diferentes circunstancias, comparten las tareas domésticas con sus parejas y han descubierto la grandeza de adherirse al cuidado de los hijos e hijas. Por suerte, conozco muchos hombres a mi alrededor que han descubierto lo enriquecedor que es esa otra faceta que antes estaba únicamente destinada a las mujeres. Aunque es cierto que aún hay pocos hombres que se cogen los permisos.

¿El techo de cristal sigue existiendo? ¿Es inevitable en la administración pública? ¿Y en la empresa privada? ¿Ve con esperanza las leyes de paridad que ponen en marcha Bruselas para el mundo privado?

Aunque con dificultades, en la Administración es más factible soslayar este techo. Aún así, la realidad es la que es. Los puestos claves están en manos mayoritariamente de varones. Hay un cambio, pero debemos mantener un actitud activa en todos los ámbitos, no descansar. En las empresas privadas la dificultad es mayor y se percibe con mayor claridad el techo de cristal. Emakunde debe de liderar las políticas de igualdad, pero es necesario la participación de los diferentes niveles institucionales, de las asociaciones, de las familias. Es un trabajo en equipo.

La feminización excesiva de ciertas profesiones: medicina, enfermería, enseñanza y en las primeras etapas en particular, en cajeras de supermercados, limpieza… ¿Son desequilibrios inevitables?

Obedecen a determinados roles que tenemos interiorizados. En Emakunde existe el programa Gizonduz que pretende que los hombres participen de forma activa en la consecución de la igualdad. A más igualdad podría haber una variación en estas situaciones. Los cambios son lentos y hay que tener una actitud activa.

Con la crisis, los recortes, ajustes y reducciones en las administraciones públicas algunos pueden pensar que Emakunde debiera estar en la lista de organismos a eliminar o al menos a reducir a su mínima expresión. ¿Cómo lo ve?

El hecho de que Emakunde, aún siendo organismo autónomo, dependa directamente de la Lehendakaritza indica que este gobierno tiene el objetivo claro de trabajar por y para la igualdad. ¿Por qué? Porque considera prioritario tratar de alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. Muchas veces se ha dicho que no podemos prescindir del 50% de la sociedad y, menos en tiempos de crisis. Tendremos que actuar como en nuestras casas. Cuando entre más dinero se gastará más y cuando entre menos se tendrá que priorizar temas. Pero si este gobierno mantiene a Emakunde dependiendo directamente de la lehendakaritza y del lehendakari es porque lo considera prioritario.

¿Cree que se aprecia en la población la necesidad de Emakunde o el tema de la mujer se ve como superado?

Quiero pensar que no. Sin embargo, la igualdad a veces se ve como algo normalizado, sobre todo, entre las más jóvenes. Y es que hasta que no están en una situación concreta -como cuando acceden a un puesto de trabajo y en igualdad de condiciones eligen al hombre- no son muy conscientes. Yo creo que toda mujer debiera ser militante en la igualdad. Hay que poner en valor el trabajo del movimiento feministas.

Podría verse como un ascenso en su carrera política, pero ¿dónde se encuentra más cómoda, aquí/ahora o en la alcaldía de una villa a medias rural/industrial y bastante boyante? ¿Echará de menos verse en la calle con sus convecinos sin que le inquieran por las aceras o las farolas?

En el Ayuntamiento de Ugao-Miraballes he estado 18 años. Uno de los mayores privilegios de una persona es ser alcaldesa de su municipio. Yo lo he tenido y no lo voy a olvidar nunca. No niego que hubo momentos complicados, pero he sentido el apoyo de los vecinos, así como de los concejales y concejalas del equipo de Gobierno. A estos les agradezco la ayuda que me brindaron, en especial a Ekaitz Mentxaka, que será el próximo alcalde de la villa y lo hará de maravilla por su capacidad de trabajo e implicación en el municipio.