vitoria. La sentencia salió a la luz en diciembre de 2010 y no dejó indiferente a nadie. El Tribunal Supremo condenó a dos años de cárcel y a doce más de inhabilitación absoluta al exsubdirector de Seguridad de la vieja cárcel de Nanclares, M.M.A., por realizar ofrecimientos de índole sexual a dos mujeres presas que se encontraban bajo su custodia. La resolución fue acogida entonces con satisfacción por colectivos como Salhaketa, personada en este proceso, pero los acontecimientos pueden dar un giro absoluto en los próximos meses, incluso semanas.
No en vano, el exfuncionario ha solicitado el indulto al Ministerio español de Justica y la posibilidad de que esta medida de gracia se materialice ha indignado tanto a la Asociación de Apoyo a los Presos como a diversos colectivos de mujeres del territorio. M.M.A., que no ha tenido que pisar la cárcel al carecer de antecedentes, lograría con el indulto que se revocase su condena a 12 años de inhabilitación, lo que le permitiría reincorporarse a su puesto de funcionario de prisiones.
El Supremo, siguiendo los procedimientos habituales, ha solicitado a Salhaketa su posicionamiento ante la solicitud de indulto de M.M.A., una postura radicalmente contraria que el colectivo hizo pública ayer en Gasteiz. Según denunció en rueda de prensa Carlos Hernández, portavoz de Salhaketa Bizkaia, la concesión de este indulto constituiría un "insulto" a las víctimas de este caso, que "fueron represaliadas y sufrieron consecuencias" por acudir a los tribunales.
El exfuncionario, que ocupó el cargo de subdirector de Seguridad del penal entre 2004 y 2005, fue denunciado en un principio por cuatro reclusas, pero la Audiencia Provincial de Álava sólo le condenó a un año de prisión y seis de inhabilitación por un delito de abusos en el ejercicio de su función contra una de ellas. La Audiencia condenó también a M.M.A. al pago de 3.000 euros a esta mujer, pero le absolvió de los otros tres delitos por los que estaba acusado al no encontrar pruebas suficientes. Tras presentar sendos recursos, el Supremo finalmente sí condenó al exfuncionario a otro año de prisión y seis de inhabilitación por ofrecer beneficios penitenciarios a cambio de favores sexuales a una segunda reclusa. M.M.A. salió airoso de las otras dos denuncias al existir dudas razonables, pero los jueces desestimaron la tesis de la defensa de que se había producido una "confabulación" de las cuatro reclusas contra el ya exfuncionario.
sí al indulto, no a éste Salhaketa matizó ayer que sí defiende la figura del indulto, aunque en este caso su concesión constituiría "un atentado" contra su filosofía, así como un "agravio comparativo". Según recordó Carlos Hernández, el indulto tiene una "poderosa vertiente pedagógica con la que se muestra a la sociedad la comprensión por determinadas situaciones y casuísticas personales", algo que en el caso de M.M.A. no ha sucedido. "Amén de no haber reconocido los hechos, no ha pedido perdón a las víctimas ni ha hecho público compromiso alguno de no repetición de los actos por los que fue condenado", advirtió. De salir adelante el indulto, el portavoz de la Asociación de Apoyo a los Presos cree que puede mandarse a la sociedad "un mensaje de que hay impunidad" en casos similares.
La posibilidad de que M.M.A. se reincorpore a su antiguo puesto es, a juicio de Salhaketa, una situación que "no se puede consentir", porque "ya ha quedado demostrado que cuando ha ejercido de custodio de mujeres presas" este exfuncionario "ha abusado de su cargo para mantener actitudes inaceptablemente machistas y de abuso de poder". La medida de gracia del Ministerio de Justicia, si se da, podría llegar en un plazo de tiempo tan corto como las dos semanas o tan largo como los dos años, según Salhaketa.