Las víctimas de la avalancha de la fiesta de Halloween del Madrid Arena, que provocó la muerte a cinco jóvenes, fueron trasladadas en brazos de gente desde el pasillo donde se produjo el siniestro hasta la enfermería, en un recorrido de 150 metros "abarrotado" de gente. Abdón Núñez, el abogado de la familia de Belén Langdon, aseguró ayer que de las nueve salidas existentes en el local, solo estaban abiertas tres. Asimismo señaló que la enfermería estaba en malas condiciones. Felipe Moreno, el letrado de la familia de Rocío Oña, indicó que la única cámara de seguridad que no funcionaba era la del pasillo en el que ocurrió la avalancha.
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