El infarto mortal que sufrió un trabajador de Volkswagen Navarra mientras se cambiaba de ropa y se ponía el equipo de protección para su labor debe ser considerado accidente de trabajo y dar lugar a la indemnización y pensión consiguientes, según una reciente sentencia del Tribunal Supremo. La viuda del trabajador, que murió en abril de 2010 a los 42 años, reclamaba de la Seguridad Social y de la aseguradora Mutua Universal la pensión derivada de muerte en accidente de trabajo, a lo que se negó la aseguradora, a la que los tribunales habían dado la razón hasta que acudió al Supremo.