Ciudad de México. SI no puedes con el enemigo, únete a él", dice el refrán, así que las autoridades mexicanas han aprovechado la ola de furor causada por la inexistente profecía maya del fin del mundo para usarla a su favor e impulsar el turismo. Millones de personas están convencidas de que esta antigua civilización de astrónomos y matemáticos anunció una hecatombe para hoy, 21 de diciembre de 2012, y, aunque no haya sido cierta, la fecha fatídica se ha convertido en un cofre del tesoro.

Con conferencias y exposiciones los especialistas han explicado que, en realidad, lo que dice el calendario maya es que termina una era de 5.200 años mayas (o 5.125 actuales) y comienza otra. Pero, a estas alturas, lo que ha quedado claro es que, al menos para el turismo, la profecía tendrá un final mejor del esperado. Sitios turísticos y espacios arqueológicos se han preparado para la fecha. Empresas privadas organizan tours, fiestas y conciertos de rock. Desde hace un año y medio en México se puso en marcha una estrategia para atraer visitantes a la región maya que ha logrado rebasar la meta mucho antes, incluso, de que se acabe el mundo.

"La estimación de 52 millones de turistas a los cinco estados de la región sureste del país fue superada desde el verano, ya que para habían llegado 62 millones de turistas", resumió la Secretaría de Turismo, que pensaba cumplir su objetivo original en 18 meses, entre junio de 2011 y diciembre de 2012. Los viajeros se plantean la fecha como una oportunidad para conocer más de la cultura maya, pero todavía quedan muchos temerosos que preferirían no salir de casa.

Hasta la agencia espacial estadounidense NASA ha tenido que desmentir rumores, después de recibir miles de cartas de personas preocupadas por el fin del mundo, muchos de ellos niños. Entre los esotéricos predomina la idea de que habrá una renovación espiritual de la humanidad.

Y, guste o no a los arqueólogos, por eso se espera una gran afluencia de personas vestidas de blanco a sitios como Chichén-Itzá, Izapa o Palenque para recargarse de energía. "Ya dijimos hasta el cansancio que esto no se trata del fin del mundo. Que la estela de Tortuguero (que menciona la fecha) y la cultura maya lo que significan es que, cada cierre de ciclo, se inicia una nueva época", afirmó en enero el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Alfonso de María y Campos. "Lo tenía el mundo azteca y no se ha hecho tanto escándalo", añadió.

Lo que dicen los mayas es que, al cumplirse el decimotercer b'ak'tun -unidades de tiempo de 400 años cada una- finaliza en la cuenta larga de su calendario una era que comenzó el 13 de agosto del año 3.114 antes de Cristo. Las culpables de todos los rumores sobre el fin del mundo son dos piedras talladas en el siglo VII de nuestra era, donde se menciona la fecha, que corresponde al 23 de diciembre de 2012, según los especialistas, y no al 21 de diciembre como se ha popularizado.

Ambas piezas fueron encontradas en el Estado de Tabasco. Se trata de un fragmento hallado en Comalcalco y el famoso Monumento 6 de Tortuguero.

Más allá de lo que hayan dejado plasmado los mayas, la gracia está en aprovechar la fecha y en disfrutar al máximo como si se fuera a acabar el mundo.