Donostia. Agentes de Seguridad Ciudadana de la Ertzaintza de todas las comisarías están recibiendo formación para hacer frente a una hipotética matanza como la ocurrida en la escuela estadounidense de Newtown (Connecticut), donde un joven de tan sólo 20 años de edad acabó la semana pasada con la vida de 27 personas, entre ellas, veinte niños de seis y siete años.

Según ha podido saber este periódico, la Ertzaintza, durante el periodo de formación, está visionando las imágenes de la masacre del Instituto Columbine, ocurrida hace trece años, cuando dos adolescentes con problemas emocionales y psicológicos sembraron el terror en una escuela de Colorado, matando a trece personas e hiriendo a 24 antes de suicidarse. "A diferencia de un atraco en un banco, donde sabemos que no hay intención de acabar con vidas porque el atracador solo quiere llevarse el dinero, en estos casos hablamos de situaciones bien diferentes. Nuestro cometido es entrar cuanto antes porque la intención del perturbado es matar a cuanta más gente mejor", explican fuentes de Interior consultadas por este periódico.

Euskadi no es Estados Unidos, ni existe una amenaza en ciernes. La proliferación de armas campa a sus anchas al otro lado del Atlántico, mientras que aquí su uso está sujeto a una estricta normativa. Pero nadie está exento de la amenaza que pudiera representar un perturbado armado en un recinto escolar con la intención de provocar un daño irreparable. No hay, en esos casos, negociación posible.

La policía está siendo formada para saber cómo actuar ante ese tipo de perfiles. Hay que ser muy diligente. Los agentes han sido instruidos para no "perder tiempo" atendiendo a personas que hayan podido resultar heridas. El objetivo es "eliminar al asesino" que está dentro del recinto, porque "de lo contrario la sangría no cesaría".

El suicidio es una constante en este tipo de acciones criminales, donde "el 90% de los agresores" se acaba quitando la vida para evitar de este modo enfrentarse a la policía. Sucedió la semana pasada con el tirador de Newtown, y ocurrió hace trece años en el Instituto Columbine. El lector recordará las imágenes de dos adolescentes que disparaban sin cesar, mientras los alumnos del instituto iniciaban una alocada carrera. "A través de las cámaras se ve cómo se van limpiando los pasillos de gente, y aparecen los dos adolescentes, buscando presas, como decían ellos", explica un agente.