Madrid. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, se quedó ayer solo en el Congreso en la defensa de su polémico anteproyecto de Ley de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) ante las críticas lanzadas en el Pleno del Congreso por el PSOE, PNV, ERC, PSC e ICV, e insistió en un tono visiblemente más sosegado que en otras comparecencias en negar un ataque al modelo de inmersión lingüística en Catalunya, al tiempo que pidió que el debate se centre en lo "importante", como es, a su juicio, el rendimiento de los alumnos.
"Se trata de una batalla absolutamente artificial", dijo el titular de Educación ante los reproches por el tratamiento de las lenguas cooficiales en su reforma educativa. En el debate, los socialistas catalanes pidieron su dimisión y ERC le advirtió de que "no se moverán", mientras mostraban un cartel en el que se podía leer Keep Calm and speak catalan. "Nosotros no tenemos la menor intención de atacar la escuela en catalán", dijo Wert, que reprochó a los diputados que no centren el debate en el rendimiento del sistema educativo.
El titular de Educación elogió, sin embargo, el modelo vasco, el "único" que combina la inmersión lingüística y el bilingüismo integrado, "dejando espacio a las familias para que decidan". Por ello, mostró su "desconcierto" ante la crítica de la diputada del PNV, Arantza Tapia, que le afeó que no respeta las competencias autonómicas y relega a las lenguas cooficiales a la "marginalidad". Tapia aseguró que la reforma es un pretexto para hacer ideología y uniformar el modelo educativo de España y consideró que la actitud del ministro es "agresiva" y condena el catalán y el euskera a la "mediocridad".
un guardia civil en cada aula El debate subió de tono cuando el diputado de ERC Alfred Bosch le preguntó "por qué quiere liquidar la escuela en catalán" y advirtió a Wert de que el Gobierno "no conseguirá romper a la sociedad catalana por la lengua u origen". "Ya vale de tonterías con la lengua, ya vale de tocar lo más querido. Estamos hartos de su prepotencia y malas intenciones", aseveró.
Bosch preguntó también al titular de Educación que si para hacer cumplir la futura ley en Cataluña, el Gobierno va a poner un guardia civil en cada aula. "No nos moverán. No acataremos", insistió el diputado catalán, que comparó la reforma educativa del Gobierno con el franquismo.
Por su parte, el diputado de ICV Joan Coscubiela acusó a Wert de querer "uniformar y segmentar" al alumnado con su reforma educativa, expulsando del sistema a los fracasados para que dejen de ser un "obstáculo" para los excelentes, de querer "mercantilizar" la enseñanza favoreciendo al modelo privado, "segregar" al alumnado por sexo y de favorecer a la jerarquía católica. "Es un modelo talibán", apostilló.
El parlamentario del PSC Francesc Vallès advirtió de que el Gobierno ha generado "un conflicto social y civil" por el tratamiento de las lenguas en el borrador y ha insistido en que si Wert quiere "imponer" una lengua sobre otra, "debería ser cesado". "Su mandato tiene fecha de caducidad y la lengua seguirá ahí porque va a contar con la oposición de todo un pueblo", le advirtió. "Para no tener preocupación por mi futuro, es la tercera vez que dice que me cesen y me trae sin cuidado", contestó el titular de Educación a Vallès, que defendió que lo único que pretende con el proyecto de ley es "hacer cumplir la Constitución".
Asimismo, y ante la presencia en el Pleno de la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho en el Pleno, recordó a Vallès que desde la última vez que debatió con él en la Cámara baja, el partido al que pertenece ha tenido un resultado "subóptimo" en las últimas elecciones catalanas. "No busque climas de confrontación, que en eso su partido tiene mucho que decir", añadió. También desde la bancada socialista ha censurado la "resurrección" del sistema de reválidas, que se propone en el borrador normativo. Bedera, al igual que Coscubiela, alertó del "tufo economicista" de esta reforma, que "ve a los alumnos como clientes".