Manila.Las autoridades de Filipinas elevaron ayer a 477 los muertos causados por el tifón Bopha, mientras aparecen más cadáveres entre los escombros a causa del temporal que con fuertes vientos y copiosas lluvias afecta el país desde hace tres días.
El director ejecutivo del Consejo Nacional para la Prevención y Respuesta de Desastres, Benito Ramos, advirtió de que esperan que el número de víctimas mortales final "suba porque todavía hay muchos desaparecidos". Los equipos de rescate tienen registradas 380 personas en paradero desconocido en el sur y centro del país, las regiones afectadas por Bopha. Ramos indicó que la prioridad en estos momentos es localizar a los desaparecidos y proporcionar un techo a las personas que lo han perdido todo.
El número de personas damnificadas asciende a 5 millones en 26 provincias del país, de las que 348.392 se encontraban en 541 centros de acogida, según los datos del Consejo Nacional para la Prevención y Respuesta de Desastres, la agencia oficial encargada de coordinar los esfuerzos.
Los supervivientes en la provincia del Valle de Compostela, en el noreste de Mindanao y una de las más afectadas, se lamentan de la inusitada cantidad de agua que bajó de las montañas y anegó sus casas entre la noche del lunes y el martes por la mañana, cuando Bopha tocó tierra. La población de Nuevo Bataan, en el Valle de Compostela, se ha convertido en una especie de zona cero de esta catástrofe, por la cantidad de personas que han muerto allí (86), por la magnitud del daño sufrido y por la capa de lodo de varios centímetros que cubre la localidad.
Rescates Los equipos de rescate encontraron ayer en esa zona a un hombre de 77 años que se alimentaba solo con cocos desde hace dos días; el miércoles rescataron a una niña de siete años que llevaba más de 24 horas atrapada en el cieno. Las autoridades han declarado el estado de calamidad en el Valle de Compostela, Davao Oriental y Surigao del Sur. El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, dijo ayer que envió a la isla de Mindanao barcos de la Armada con alimentos y otras necesidades básicas para al menos 150.000 damnificados. Un total de 3.170 casas fueron destruidas completamente y otras 3.862 viviendas resultaron parcialmente dañadas. Los daños, tan solo en el Valle de Compostela sumarán cerca de 77 millones de euros.