Vitoria. Miles de personas recurren diariamente a los bancos de alimentos vascos, un fenómeno que cada vez afecta más a la clase media y a familias con niños a los que no pueden dar tres comidas al día y que sienten vergüenza en reconocer su situación de "nuevos pobres". Éstas son algunas de las conclusiones del presidente del Banco de Alimentos de Álava, Daniel Fernández, quien asegura que hay muchos niños en Euskadi "que van al colegio sin desayunar" porque sus familias no tienen recursos.

Desde el pabellón donde almacenan los víveres en Ali-Gobeo, en Vitoria, Fernández explica que este año esperan suministrar alimentos básicos a más de 14.000 personas en situación de necesidad en Álava. En 2011 atendieron a 11.970. El perfil del beneficiario ha cambiado en los últimos años y la crisis ha golpeado a familias de clase media que nunca habrían imaginado que algún día necesitarían recurrir a este tipo de asociaciones. "Son los nuevos pobres, los vergonzantes", relata Fernández. Es decir, personas a las que les da vergüenza pedir ayuda porque nunca lo han hecho.

A través de asociaciones, de los servicios sociales de base, de los ayuntamientos, de colegios o de parroquias llegan al Banco de Alimentos de Álava, que les suministra alimentos básicos pero también cada vez más productos de higiene para los bebés como pañales o geles indicados para ellos.

Fernández expresa que hace unos años los destinatarios de los alimentos que distribuyen eran adultos en situación de necesidad, pero ahora prestan esta ayuda a muchas familias con niños, que en algunos casos les mandan a los colegios sin desayunar porque no tienen dinero para satisfacer esta necesidad.

Las familias que se encuentran en esta situación tan delicada son inmigrantes pero también vascas. De hecho, más de la mitad de beneficiarios de la ayuda del Banco de Alimentos de Álava son personas autóctonas, indica. "Las necesidades cada vez son mayores y no sólo hay gente necesitada en Navidad", recuerda ante la proximidad de estas fiestas.

El objetivo de esta asociación es aprovechar "al máximo" los alimentos, de ahí que aquellos que no se pueden vender en las tiendas por defectos en el envase o el etiquetado son reciclados y repartidos a quienes los necesitan.

Además, los supermercados que colaboran con el Banco de Alimentos de Álava les suministran alimentos con fechas de consumo "cada vez más prolongadas", lo que facilita también su entrega y distribución. Los principales alimentos que distribuyen son considerados "básicos" como leche, aceite, pasta, legumbre, yogures y bollería, y "lo poco" que tienen lo dan "pensando sobre todo en los niños", detalla.

Ayer mismo concluyó su campaña solidaria El kilo de recolecta de alimentos, que permitirá poner algo de comer sobre la mesa de muchos hogares vascos.