vitoria. El panorama político alavés ha variado de forma sustancial a lo largo del último año y medio. La ruptura del matrimonio de conveniencia PP-PSE, que aupó a Javier de Andrés al Palacio de la Provincia, ha dejado más solo que nunca a un diputado general que necesita apoyos entre la oposición para sacar adelante sus programas, más ahora que el debate presupuestario está a la vuelta de la esquina. El tradicional Pleno de Santa Catalina, que anualmente pulsa el estado del territorio, ha evidenciado esta realidad. De Andrés basó el domingo su intervención en este foro en la necesidad de alcanzar grandes acuerdos para sacar a Álava de la crisis, con una apelación a la "responsabilidad" del resto de grupos políticos. La realidad dicta que el PP sólo ostenta 16 de los 51 asientos de las Juntas Generales, una minoría a todas luces insuficiente para gobernar el territorio.
Pero ayer, pese a los recurrentes guiños de De Andrés -los más evidentes hacia el PNV-, la oposición marcó grandes distancias con su gestión de cara a un posible pacto presupuestario, en un turno de réplica donde no faltaron las duras críticas y los reproches. Sobrevoló la sesión, incluso, la posibilidad de impulsar "una alternativa" al ejecutivo popular, un escenario apoyado de forma más evidente por el portavoz de Bildu, Gorka Ortiz de Guinea.
La "sumisión" de De Andrés a las políticas dictadas por el Gobierno central, los recortes ya realizados y los previstos en el borrador de los Presupuestos de 2013 o la "falta de iniciativa" para defender al territorio en asuntos como el del aeropuerto de Foronda han sido suficientes para abrir una enorme brecha entre De Andrés y los cuatro grupos de la oposición. El diputado general, una vez más, dejó claro ayer que en su agenda no hay lugar para enfrentamientos con el Gobierno de Madrid: "No es nuestra función, ni nuestra voluntad ni es bueno hacer oposición al Gobierno de España".
El PNV protagonizó la réplica más visceral. Su portavoz, Ramiro González, advirtió de que "sólo sería posible" un acuerdo presupuestario con el PP "si se introdujeran cambios radicales" en el proyecto de Cuentas; o que a día de hoy De Andrés "no puede aspirar a encontrar apoyo en esta Cámara". González, incluso, avisó al diputado de que está "equivocado" si cree que los diez escaños que el PP tendrá en el Parlamento de Gasteiz durante la próxima legislatura le van a dar "tranquilidad" en las Juntas, en el marco de una hipotética cadena de favores que ya han apuntado algunas quinielas.
El portavoz jeltzale no ahorró en calificativos al describir la acción del Gobierno foral y su estado actual: "Les falta talante y capacidad y les sobra prepotencia", "su crédito se ha acabado", "nadie confía en usted", "es preferible mandarle a casa antes de permitir la agresión al euskera que quiere perpetrar", "ha fracasado por completo" o "su Gobierno está acabado" fueron algunas de las contundentes expresiones del portavoz jeltzale, que también exigió una reestructuración del Ejecutivo y el cese de varios diputados "por su manifiesta incapacidad", en alusión a Luis Viana y Javier Ruiz de Arbulo.
A juicio de Bildu, ni llevando a cabo medidas de choque como éstas se lograría una solución. "Su Gobierno es un auténtico desastre que no se arregla con ceses ni remodelaciones", advirtió Ortiz de Guinea. Para Bildu, la intervención de De Andrés en el Pleno de Santa Catalina ha sido la de "los olvidos", y se refirió a los recortes horarios y de personal aplicados en Foronda como "el espejo de su gestión".
También el PNV recibió los dardos de la coalición abertzale, tras escuchar un discurso, el de González, de "amago pero no pego". Según Ortiz de Guinea, "todo apunta a que el pacto (del PNV) con el PP ya lo tienen firmado y sellado", una maniobra que supondría "dar un cheque en blanco para salvar la legislatura". "Si PP y PNV unen sus fuerzas para imponernos la receta del recorte tendrán enfrente otra suma de fuerzas, las de todos aquellos que apuestan por otro futuro para Araba", advirtió el portavoz de Bildu.
Un escenario en el que también podrían tomar parte los socialistas, según su portavoz, Cristina González. "Si usted no corrige, estaremos en disposición de sumar para propiciar futuras correcciones", advirtió. El PSE realizó un balance "muy deficiente" de la gestión de De Andrés, caracterizada por la "falta de iniciativa y la falta de defensa de Álava".
reforma fiscal Y propuso con ahínco, al igual que el resto de grupos de la oposición -incluido el PNV-, una reforma fiscal "progresiva" para lograr ingresos adicionales que impidan tocar las políticas sociales. Su propuesta lograría recaudar 60 millones de euros. El PSE, entre otros "retos", también propuso destinar dos millones de euros al fondo de desahucios, iniciativas que De Andrés se comprometió a analizar.
Nerea Gálvez (EB), entretanto, censuró al diputado general por llevar las riendas de un Gobierno "en modo pausa y que vive de esperanzas en un mundo mejor", aludiendo a su fijación por las políticas dictadas desde Europa. A juicio de Gálvez, "el PP, al igual que Atila y los Hunos, nos está dejando el país arrasado".
Como es evidente, De Andrés sólo encontró apoyo en el grupo popular en las Juntas, en boca de una Ana Morales que al igual que el diputado general tendió la mano al resto de grupos para lograr "grandes acuerdos". En su última intervención, De Andrés intentó rebajar la tensión advirtiendo de que en este debate se han "magnificado" las diferencias entre los grupos al tratarse de una legislatura "sosegada". Y se guardó una pequeña bomba: Álava mantendrá las ayudas económicas a los dependientes moderados de grado 1.