Vitoria. El Gobierno Vasco pidió ayer al Ministerio de Sanidad y al resto de comunidades autónomas del Estado que afronten el problema de las personas inmigrantes sin papeles a quienes se les está negado la continuidad del tratamiento contra el sida, para frenar así la llegada a Euskadi de afectados que necesitan los antirretrovirales. En la presentación de las medidas contra el sida con motivo del Día Mundial de esta enfermedad, el viceconsejero vasco de Sanidad, Jesús María Fernández, explicó que miles de personas infectadas se han quedado sin tratamiento en España después de que se haya retirado la tarjeta sanitaria a inmigrantes sin papeles.
En algunas comunidades "se están poniendo trabas al mantenimiento" de esos tratamientos con antirretrovirales, cuyo coste, según los cálculos del Gobierno Vasco, ronda los 10.000 euros anuales por persona. Por ello, indicó, a Euskadi están llegando enfermos de sida a quienes se les ha negado el tratamiento y que están siendo tratados en los centros de Osakidetza. No obstante, según aseguró, "no queremos convertirnos en el hospital de VIH del resto de España".
En la rueda de prensa estaba también la responsable del Plan Nacional contra el sida del Ministerio de Sanidad, Olivia Castillo, quién indicó que la competencia para aplicar la legislación en esta materia corresponde a cada comunidad, pero quienes estaban ya en tratamiento, deben seguir recibiéndolo.
Castillo recordó que el Senado aprobó una moción para facilitar esos tratamientos a todos afectados y aseguró que aún es difícil cuantificar el número de personas a quienes se les ha negado esos medicamentos. El viceconsejero destacó que "esos tratamientos son vitales para proteger la vida de los afectados, pero también para reducir la carga viral en la sociedad" y advirtió de que "se está poniendo en riesgo la vida de otras personas".
Así, Fernández reivindicó "el derecho de todas las personas que viven en España a tener acceso libre y gratuito a la terapia cuando padezca una infección de transmisión sexual".
Según expuso, el Gobierno Vasco estudia de manera individual cada caso y, si lo considera, recurre al mecanismo del arraigo familiar o social de los afectados para poder facilitarles el acceso a los medicamentos. Hasta el momento, estos casos son "excepcionales" y se irán contabilizando los que van llegando a Osakidetza para dentro de unos meses tratar de que las comunidades de origen asuman esa atención sanitaria que les corresponde.
Lakua realizó también ayer un seminario sobre la importancia de las nuevas tecnologías on line que facilitan consultas anónimas sobre sida, especialmente relevante cuando se trata de una enfermedad que se contagia fundamentalmente por vía sexual y en un grupo de población de 30 años de media, habituado a resolver dudas vía Internet. Los datos sobre la incidencia de la enfermedad en Euskadi se mantienen y cada año hay alrededor de 200 nuevos infectados y casi la mitad corresponden a personas con prácticas heterosexuales. El 40 % de los nuevos casos de sida son hombres que han mantenido relaciones con otros hombres, colectivo que acumula el 75 % de los afectados por sífilis.