BILBAO. La directora del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde, María Silvestre, ha desvelado este dato, incluido en un estudio difundido hoy, poco antes de participar en la Jornada sobre Igualdad Salarial y Excelencia en la Empresa, organizada en Bilbao por este organismo.
Dicho estudio, titulado "Identificación y selección de indicadores y factores causantes de la brecha salarial", analiza las cifras de la brecha salarial y también los factores que la explican, según ha declarado Silvestre a los medios de comunicación.
Ha recordado que las mujeres cobran menos en Euskadi, pero también en el resto de España y en el mundo, y que la explicación "no solo se encuentra en la decisión empresarial de remunerar más a los hombres a través de complementos y mayor promoción -que también- sino que tiene detrás un modelo de sociedad y una definición de roles sexuales".
Ha destacado que hombres y mujeres eligen diferentes carreras universitarias; las profesiones "femenizadas" están peor valoradas; la conciliación es exclusivamente femenina, lo que supone reducción de jornada y trabajo parcial; y las mujeres no consiguen acceder a los puestos de dirección y toma de decisiones.
"Estos factores también explican por qué al final de año la diferencia de salarios es significativa", ha dicho.
Ha precisado que en muchas ocasiones la brecha salarial es una "realidad" que puede solucionarse en los tribunales, pero otras veces "está más escondida" y ha puesto como ejemplo la construcción de una nómina: a partir de un salario base igual hay que analizar como se distribuyen los complementos, como se definen y quienes los reciben.
"Aqui también se explica la brecha", ha apuntado.
Además, la diferencia de salarios también se mantiene aunque se introduzcan elementos de ponderación y se analice el coste por hora de salario, lo que eliminaría los factores de trabajo a tiempo parcial o reducción de jornada.
Silvestre ha hecho hincapié en que luchar contra la brecha salarial es trabajar contra determinadas decisiones empresariales, pero también reflexionar sobre un modelo social que, por ejemplo, implica que ser madre supone tener una mayor presencia con los hijos y estas situaciones "condicionan determinadas decisiones a nivel individual".
Sobre la incidencia de la crisis económica en la brecha salarial, Silvestre ha afirmado que "se mantiene" en cifras similares, pero ha apuntado que al principio la crisis hizo perder empleo masculino vinculado a la construcción o al sector de los automóviles, y ahora ha llegado a los trabajos sociales, "más precarios y feminizados".
"La crisis está incrementando la feminización de la pobreza y las situaciones de riesgo social para las mujeres", ha dicho.