Bilbao. Desde hace unos años la ansiedad, el estrés, el miedo al futuro y la sensación de desamparo son situaciones comunes para muchas personas castigadas por la crisis económica. En estos casos es importante saber cómo afrontar la situación para que no llegue a ser dramática. La psicóloga Ángela Magaz aconseja tomar medidas "para protegerse y cuidarse, hacer cambios para hacer frente a la nueva situación económica" y estar pendientes de las personas de nuestro entorno que puedan estar "en riesgo".
¿Qué consejos se puede dar a una persona que no ve salida a un problema como un desahucio?
Quien no ve salida y piensa que no tiene alternativa, que no hay solución a su problema, probablemente no está en condiciones de recibir ni de poner en práctica ningún consejo. En esos casos quienes pueden recibir los consejos y aplicarlos son las personas de su entorno, familiares, pareja, hijos, amigos... y lo primero es que ellos se den cuenta de que una persona querida, alguien próximo está en una situación de riesgo, incluso para su vida.
¿Hay que actuar antes de llegar a esa situación?
Quienes están en condiciones de recibir y poner en práctica algunos consejos básicos son las personas que no están en una situación emocionalmente tan grave como para llegar al suicidio.
¿Cuáles son los indicios de que una persona puede llegar a una situación extrema?
Puede haber expresiones verbales que lo manifiestan, pero fundamentalmente se observan cambios en el estado de ánimo. Las personas muestran más tristeza, apatía. Podemos ver todos los indicadores de depresión: pierden las ganas de hacer cosas, se quedan en la cama, se olvidan de los cuidados habituales de vestido, de higiene, dejan de comunicarse, cambian su actividad de manera radical. Y sus expresiones verbales son de desánimo, dicen que no ven alternativas en su vida.
¿Qué se puede hacer ante un caso evidente de desesperación?
Si estamos ante un caso de una persona que lleva un mes sin salir de casa, que se mete en la cama y no sale ni para comer, que ha reducido la ingesta, que duerme mucho más de lo habitual o que sin dormir permanece en la cama... probablemente estemos ante una depresión grave y aquí no funciona el hablar, dialogar o dar argumentos y alternativas. Estos son los casos que suelen requerir una ayuda farmacológica que les permita cambiar su estado emocional. Esta intervención médica sienta las bases para que en un segundo momento a esa persona se le puedan dar ideas y soluciones viables.
También hay quien se rebela.
Hay otros casos en los que se dan comportamientos de tipo agresivo, con enfado, irascibilidad, incluso ocultando información. Muchos disimulan y hacen que parezca que en su vida no ha cambiado nada. Estos suelen ser los casos de personas que han vivido de forma desahogada y cuando su situación económica cambia de forma radical quieren mantener la apariencia de que todavía viven como antes.
¿Esta actitud también puede suponer un riesgo?
Cuando alguien no ha hecho cambios para ajustarse a su nueva situación económica o no manifiesta que está tomando medidas para resolver un problema porque ni siquiera admite que existe el problema, está en riesgo.
¿Exteriorizar o contar los problemas ayuda en estos casos?
Si no lo expresas no puedes tener oportunidad de recibir ayuda externa. Vivimos un momento en el que se está poniendo de manifiesto que muchas personas tienen más ayudas de las que creían poder tener en su vida. Hay situaciones dramáticas, de carencias económicas importantes..., pero también hay personas que en situaciones críticas nos ayudan. Si el problema no se exterioriza no vas a tener la oportunidad de que las personas que pueden ayudarte lo hagan.