Vitoria. Aunque nadie es capaz de explicar por qué es legal -o por qué las demás son ilegales-, el tabaco es la droga más mortífera que arrasa el planeta. En el Estado, la suma de las defunciones causadas por sida, alcohol, drogas ilegales y accidentes de tráfico ni se acerca a la cifra de óbitos que causa el cigarrillo, pero las cajetillas se siguen despachando sin problemas -aunque cada vez son más desagradables a la vista-, y el Estado saca un buen pellizco todos los años de esta epidemia en forma de impuestos.

La enfermedad es muy precoz. En Vitoria la edad de inicio en el hábito es de 13,3 años, mientras que con el resto de drogas se empieza más tarde, y se hace en un contexto de socialización y de atractivo hacia lo prohibido. Un año más tarde ya están enganchados. Uno de cada cuatro jóvenes de entre 16 y 24 años fuma a diario. A los 35, una de cada tres personas ya carga con una dependencia clínica.

Para lograr que el mayor número posible de jóvenes no caiga en el hábito, el Ayuntamiento de Vitoria ha decidido volcarse en el primer año de vigencia del Plan Local de Drogodependencias 2012-2016 en el combate a esta sustancia, y lo va a hacer desde la escuela. El programa Vitoria-Gasteiz espacio educativo sin droga va a trabajar en un triple frente. A los propios jóvenes, estudiantes de 1º y 2º de la ESO, se les impartirán durante el presente curso 80 talleres, pues es a esta edad, los 12 y 13 años, cuando el riesgo de sentirse cautivados por el prestigio social del que aún goza el tabaco es mayor, según explicaba ayer la jefa del Servicio de Educación del Consistorio vitoriano, Blanca Guerrero.

Asimismo, a lo largo de este curso, 80 aulas de distintos centros escolares de la ciudad participarán en el programa educativo europeo de prevención del tabaquismo, dirigido a 1º y 2º ESO.

Por otro lado, se impartirán 35 sesiones de prevención del tabaquismo entre las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de la ciudad, y el médico experto en prevención de drogadicciones Vicente Fernández ofrecerá una charla para los progenitores el 12 de noviembre, a las 19.00 horas, en el palacio de Villa Suso.

La tercera pata son los docentes. En esta línea, a través de los centros de salud, también se ofrecerá apoyo al profesorado -y también a las familias fumadoras- en la deshabituación tabáquica.

El Plan Local de Drogodependencias va a centrarse este año en el tabaco, pero lógicamente no es su único objetivo. El Ayuntamiento ha constituido una comisión interdepartamental en la que están implicados varios departamentos municipales, y que abordará el problema de las drogas desde diferentes perspectivas. Para contar con datos en los que sostener sus acciones, el Consistorio ha encargado al Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad del País Vasco la elaboración de un estudio-diagnóstico sobre prevención de consumo de drogas y desarrollo curricular.

Con este informe se pretende conseguir un doble objetivo. Por un lado, "conocer la realidad educativa de la ciudad en el ámbito de la prevención del consumo de drogas. Por otro, "obtener información relevante sobre la ciudad en este ámbito, que nos permita establecer prioridades, definir objetivos y programas, y fijar criterios de evaluación", según Blanca Guerrero. En el estudio participarán todos los centros y profesorado de niveles no universitarios de la ciudad.

Aunque ya no goza del prestigio que le ha acompañado durante décadas, el tabaco sigue atrayendo a mucha gente, pero son quienes menos recursos tienen los que más acaban sucumbiendo a la tentación del cigarrillo. Así lo afirma un estudio del Departamento de Consumo del Gobierno Vasco y la UPV, según el cual los vascos con estudios universitarios han ido dejando el hábito desde mediados de los ochenta. A día de hoy, la probabilidad de fumar por parte de los ciudadanos menos formados es dos veces mayor que la correspondiente a los que acreditan estudios universitarios.