Veinte años de 'Miguelón' y los hallazgos más deslumbrantes
Las excavaciones de 1992 en la Sima de los Huesos fueron muy productivas
c. lAGO
ATAPUERCA. La campaña de excavación de 1992 fue histórica. Hace veinte años se encontraron tres cráneos humanos del Pleistoceno Medio que constituyeron la base del primer artículo científico publicado en la revista Nature y que obligaron a girar todas las miradas arqueológicas hacia Atapuerca. El más famoso de ellos fue Miguelón, un Homo heidelbergensis, bautizado así en honor al ciclista Miguel Indurain que ganó su segundo Tour aquel año. Pero en la Sima de los Huesos se han encontrado 6.500 fósiles, entre ellos 30 esqueletos casi completos, de hace entre 300.000 y 500.000 años, lo que convierte a este yacimiento en el más rico del mundo en restos de homínidos. Pese a que ya se acumulan tres décadas de trabajo científico intenso, el potencial sigue siendo enorme. "Estamos en los comienzos", dice Bermúdez de Castro. "Atapuerca no tiene fin, puede haber millones de fósiles", sentencia.
Después de la aparición de Agamenón, denominado así en honor a la arqueología clásica, se localizó un segundo cráneo que apareció con todos su huesos desarticulados y rotos en numerosos fragmentos. Se trataba del cráneo 5 al que el equipo acordó llamar Miguelón, y que se convirtió en santo y seña de Atapuerca. Se sabe además que Miguelón pudo morir de septicemia debido a una infección en un diente que se generalizó al no ser tratada. Más tarde aparecería Rui, apodado así en homenaje al héroe castellano.
Aunque queden generaciones de trabajo por hacer, este verano también ha sido prolijo en hallazgos. Uno de los descubrimientos más importantes del pasado julio fue una falange distal, la que tiene la uña, del dedo meñique de un pie de un niño que vivió en la sierra de Atapuerca hace entre 300.000 y 500.000 años, lo que, a falta del resultado de los análisis de laboratorio, podría corresponder a un Homo heidelbergensis.
Se trata de uno de los huesos más pequeños del cuerpo, -solo los del oído medio presentan un menor tamaño-, aunque su relevancia es enorme porque avala la teoría de los codirectores de Atapuerca respecto al porqué de la acumulación de huesos de homínidos en esa sima.
Los expertos creen que este hueso revela el primer indicio de enterramiento y preparación para la muerte encontrado hasta el momento. "Los cadáveres fueron depositados allí por otros humanos, lo que sería la prueba más antigua de un comportamiento humano simbólico de tipo funerario", indica Bermúdez de Castro.
El descubrimiento de la falange de un niño este verano explica las pautas funerarias hace medio millón de años