Pocas veces, el estimulante trabajo de un bombero se ve recompensado con extras que hagan más llevadera la dureza de una profesión sin parangón en esta sociedad. Tan pronto un retén lucha contra las llamas que amenazan con quebrar un ecosistema como trata de minimizar los efectos de una inundación o de una plaga de avispas mal avenidas que, últimamente, se está convirtiendo en tarea recurrente de los integrantes del servicio municipal de rescate y extinción de incendios. El caso es que todo ello forma parte de los quehaceres diarios del puesto. Pero, hasta la fecha, pocos de los integrantes del cuerpo se habían tenido que enfrentar a una mascota tan especial como la que protagoniza este relato. No se trata de un perro con pedigrí perdido y que se reencuentra con su dueño tras deambular solo miles de kilómetros, ni un gato encaramado a lo más alto de un ciprés, ni siquiera de un canario con un trinar prodigioso que se ha escapado de su jaula. Quien necesitó ayuda para volver a su terrario fue una serpiente pitón que, por aquello de la aventura, o por circunstancias aún no aclaradas, decidió acceder a un recoveco de tan limitadas medidas que fue necesaria la participación de los bomberos de la capital alavesa para acceder hasta ella y devolverla de una pieza a su lugar de origen. Eso sí que es un extra para completar la jornada laboral.

El animalito en cuestión ya ha vuelto a disfrutar de las comodidades y de la confidencialidad de su lugar en el piso de la calle El Salvador, en el corazón del barrio de El Pilar, en el que acostumbra a residir sin el interés de los medios de comunicación puesto sobre sus movimientos, obras y milagros. Pero, sin embargo, tan sólo hace unas horas, el ofidio abandonó su lecho y, con ello, ganó todos los boletos para aparecer en estas páginas, sobretodo, tras requerir la participación de los Bomberos.

Humanos, fuera de dieta Según relatan estos a través de una nota de prensa remitida desde el Ayuntamiento de la capital alavesa, el dueño de la pitón solicitó la ayuda para recuperar al reptil, que se había escondido detrás de un panel de adorno de una columna. A las siete y media de la mañana de ayer, los Bomberos recibieron el aviso demandando este servicio desde uno de los pisos que se encuentran a la altura del número 2 de la calle El Salvador. Una vez en el lugar apalancaron el panel hasta que el dueño tuvo sitio para meter la mano y recuperar la serpiente.

Según indican fuentes consultadas, las pitones son la raza de serpiente más grande que existe en el mundo. En principio, no son peligrosas para el ser humano, que quedaría fuera de su dieta habitual, ya que tanto hombres, como mujeres y niños son de un tamaño excesivo para los gustos de las pitones. Así que, generalmente, estos animales son inofensivos, salvo que se den un serie de circunstancias. Entre ellas, que se las logre asustar o provocar. Entonces, el bicho puede reaccionar de manera más peligrosa. Entre su forma de ataque se encuentra la asfixia, que realiza con soltura y fuerza.

En otro orden de cosas, a mediodía de ayer los Bomberos de la capital alavesa también se desplazaron hasta la localidad de Gaceo, en las inmediaciones de Salvatierra, en el corazón de la Llanada, ya que desde allí se había solicitado la revisión de un árbol que crece junto al cableado de luz, con el peligro que ello conlleva. Procedieron a podar las ramas mas cercanas al cable que pueden ocasionar daños a la línea.