Vitoria. Que la crisis y el alto índice de paro ha motivado que muchos vuelvan a las aulas es de sobra conocido. Aquellos que en su día abandonaron de forma prematura sus estudios para trabajar en pleno boom inmobiliario han retomado los libros conscientes de que en la situación actual tener una cualificación adecuada permite acceder con mayores posibilidades al mercado laboral. En este sentido, la formación nocturna cobra cada vez más peso en Álava.
El territorio guarda una estrecha relación con este tipo de estudios, especialmente en la FP, donde más de medio millar de nuevos alumnos se inscribe cada año en un horario que, por otra parte, ha estado a punto de extinguirse, aunque finalmente la presión ejercida por los centros educativos y los estudiantes ha logrado mantenerlo. El Bachillerato nocturno tampoco ha estado exento de polémica en esta ciudad, aunque el escenario es distinto. El Departamento vasco de Educación no ha dudado, de momento, en seguir ofertándolo si bien no ha sabido dónde encajarlo, lo que ha motivado que los estudiantes hayan cambiado de instituto en dos ocasiones en los últimos tres años.
Este curso es el IES Federico Baraibar el encargado de impartirlo, después de que a finales del pasado curso el área que dirige Isabel Celaá comunicara por sorpresa al instituto Francisco de Vitoria que su oferta académica se tendría que centrar exclusivamente en la Formación Profesional. La decisión originó un profundo malestar en el claustro de este centro educativo del barrio de El Pilar, que llegó incluso a acusar a la consejera de "despreciar" al alumnado así como a la labor de los profesionales que trabajan en él, dado que los estudiantes de ESO no tendrían ya la posibilidad de continuar con su formación en este centro en caso de que decidieran cursar Bachillerato y no FP.
Polémicas al margen, lo cierto es que los continuos cambios parecen no haber minado el ánimo de aquellos que por distintas causan eligen el horario nocturno. Un total de 54 personas se han matriculado este curso en Federico Baraibar, de las cuales 28 lo han hecho en primero, una cifra que se mantiene prácticamente invariable respecto a los últimos cursos, en los que la opción de estudiar de noche se ha disparado como consecuencia de la crisis económica. "Tradicionalmente el perfil ha sido el de veinteañeros que se han descolgado del Bachillerato nocturno y que lo intentan por esta vía, pero también tenemos a cada vez más gente que se ha quedado en el paro", explica Amelia Sánchez, secretaria del centro.
Lo cierto es que desde que estalló la crisis en el año 2008, esta flexibilidad horaria ha sido de gran ayuda para aquellas personas que temen quedarse sin trabajo o directamente lo han perdido y buscan uno nuevo al tiempo que estudian. El Bachillerato es una pieza clave para poder acceder a la universidad y también es una de las formas que existen actualmente para entrar en un ciclo formativo superior de Formación Profesional, de ahí que para muchos sea su única esperanza.
La única alternativa existente en la capital alavesa es hacerlo a distancia. Esta modalidad ofrece aún una flexibilidad mayor, pero tiene el inconveniente precisamente de que no hay opción a recibir clases presenciales. "Para cursar estos estudios es necesario una gran fuerza de voluntad y una disciplina, aquí tienes la ayuda del profesor todas las horas que quieras", explica Sánchez.
Al igual que ya lo denunciaron el curso pasado los docentes de Francisco de Vitoria, en este instituto consideran también que existe una "falta de planificación" en lo que al Bachillerato nocturno se refiere, por lo que exigen a Educación un mayor compromiso hacia este tipo de estudios, por considerarlos necesarios en el momento actual. "Es una locura, hace tres años nos lo quitaron y ahora lo han vuelto a poner en este centro; creemos que hay que apostar por mantenerlo", añade la secretaria de este centros educativo.