En 1971, la Unesco creó el proyecto El hombre y la biosfera, que perseguía armonizar el progreso humano y el entonces incipiente concepto del desarrollo sostenible. Desde entonces y hasta hoy se han declarado más de medio millar de Reservas de la Biosfera en un centenar de países, 33 de ellas en el Estado español y una, Urdaibai, en Euskadi. La idea es gestionar un territorio de significativo valor natural, pero humanizado, con la conservación del medio ambiente siempre como objetivo último, y dejando en manos de la población local los proyectos de desarrollo económico. La Diputación alavesa quiere convertir la cuenca del Zadorra en uno de esos espacios, y por ello ha iniciado los contactos con Parques Nacionales para iniciar los trámites a final de legislatura.

Tal y como avanzó DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA el pasado mes de febrero, la institución foral ha reservado un total de 100.000 euros para iniciar los trabajos técnicos que culminen con esa declaración de la Reserva de la Biosfera del Zadorra. El río alavés por excelencia está rodeado por varios parques naturales y parte por la mitad un territorio muy poco humanizado, en comparación con los vecinos de Gipuzkoa y Bizkaia. Por otro lado, es precisamente el corredor del río Zadorra el espacio más antropizado de Álava desde tiempos muy pretéritos, no siempre con el debido respeto a sus ecosistemas.

Menos humanos, más calidad De hecho, de las 16 masas de agua en las que se divide la unidad hidrológica del Zadorra, sólo dos, la cuenca alta del río Ayuda y la masa del río Undabe, presentan un buen estado medioambiental, y precisamente son aquéllas donde la presión humana es menor, según un estudio realizado el año pasado por la empresa Anbiotek para la Agencia Vasca del Agua, URA.

Del resto, dos secciones son los embalses, no recogidos en el estudio. Otros dos se encontraban en 2011 en una situación moderada -Zadorra B, entre la presa de Ullibarri y Vitoria; y Ayuda C, en el último tramo de este río, en la zona de Berantevilla-, por lo que están cerca de cumplir con los objetivos medioambientales. Las demás masas de agua "incumplen claramente" estos objetivos, según el informe, y entre ellas se encuentra la columna vertebral del sistema, el propio río Zadorra, que encuentra en la capital alavesa uno de sus principales focos de degradación.

No deja de ser lógico, por mucho que Vitoria ostente el galardón verde europeo. Es el área más habitada e industrializada de la cuenca del río alavés por excelencia, junto con Agurain, donde se encuentra el tramo más sucio y carente de vida de todo el cauce. Además, la degradación del río en la capital alavesa afecta a tramos posteriores, pues la depuradora de Crispijana vierte sus aguas al Zadorra al final del término municipal y envía la porquería a Nanclares, que por otro lado también presenta un importante grado de humanización; industrias y actividades agrícola incluidas.

El Zadorra nace en la sierra de Entzia, y transcurre limpio, vivo y escasamente alterado hasta que llega a Agurain. Las dos estaciones de análisis allí ubicadas arrojan datos muy negativos. La primera de ellas, ubicada junto a la depuradora de aguas residuales de la localidad, detectó en 2011 "un nivel de contaminación muy importante y apreciable en su baja calidad visual". Los sedimentos negros y el mal olor confirman el mal estado del río en un área donde está rectificado, excavado y reseccionado, y donde las fincas han comido terreno de forma muy importante al bosque de ribera. Como todos los años, en 2011 los técnicos no fueron capaces de encontrar un solo pez en la zona de la depuradora, y en la otra estación del municipio sólo apareció una de las especies potenciales de la zona, el piscardo; y las demás, el gobio, el pez sol y el lucio, son invasoras. Sin embargo, en este tramo la vegetación de ribera está "medianamente conservada".

Adiós a la trucha en Vitoria Ya en Vitoria vuelven los problemas. No por ser Green Capital la ciudad deja de ser un núcleo de casi 250.000 habitantes que genera miles y miles de toneladas de aguas residuales. El estado ecológico del río en esta zona, según el estudio de Anbiotek, es "malo", tanto por la detracción de aguas, como por la escasez de hábitats, los vertidos urbanoindustriales o por el hecho de que el cauce esté excavado y reseccionado. Apenas hay árboles en el entorno del río, afirma el informe, han aparecido espumas y basuras en el cauce y tan sólo el piscardo ha hecho acto de presencia como pez autóctono. Sí han aparecido lucios y una tenca, especies introducidas, mientras que la trucha, especie dominante en 2010, decidió el año pasado mudarse a pastos más fértiles.

La siguiente masa fluvial es la Zadorra-D, es decir el tramo que pasa por Nanclares, y que también preocupa. Aquí se detecta un exceso de nitratos y fosfatos, sólo hay lochas como pez autóctono -el gobio y el pez sol son las especies más habituales, junto al dominante barbo de Graells-, hay espumas, sedimentos negros y basura en el cauce, que por otro lado ha sido modificado de forma importante. A los problemas específicos de este área hay que sumar el citado hecho de que la depuradora de Crispijana está justo al final del tramo anterior, con lo que todas las aguas fecales de Vitoria, aun tratadas, manchan el río en la zona de Nanclares, donde al menos la vegetación de ribera es continua.

En el resto de las masas de agua pertenecientes al sistema del Zadorra los problemas son similares a los citados, quizá en menor medida, pero también es cierto que hay honrosas excepciones. El Undabe, que discurre por el lado este del Gorbea, está limpio, intacto en su estructura natural y lleno de vida. Lo mismo ocurre con el Baias en su tramo inicial, también en el Parque Natural del Gorbea, pero en este caso en su ladera oeste.