Vitoria. La capital alavesa vivió ayer una intensa jornada de protestas laborales y estudiantiles. El día concluyó con una manifestación que, convocada por el Sindicato de Estudiantes, marchó por las calles de Gasteiz para exigir al Gobierno central que abandone sus recortes y garantice una enseñanza pública de calidad, en el marco de la Semana de Lucha convocada por este colectivo. Cerca de 200 personas partieron desde la plaza Bilbao y recorrieron las calles del centro de la ciudad, a pesar de la lluvia, aunque las protestas no sólo se dirigieron en la marcha hacia el ministro de Educación, José Ignacio Wert. Trabajadores de Laminaciones Arregui y del aeropuerto de Foronda se sumaron también a ella poniendo de relieve que a pesar de los últimos avances su situación sigue pendiendo de un hilo.

Al frente de la marcha, una gran pancarta daba fe de ello: La lucha continúa. Detrás, una más pequeña denunciaba la política del PP contra Foronda. Y más atrás, los estudiantes pedían la dimisión de Wert y decían un no rotundo a su "Educación franquista". Entre consignas compartidas, obreros y estudiantes unidos y adelante, El próximo parado que sea un diputado o Los peperos, al paro los primeros, la marcha concluyó en la plaza de Los Fueros. Este final estaba previsto, no así la situación que se vivió por la mañana.

Para entonces, los trabajadores de las distintas administraciones alavesas -convocados por la Plataforma de Comités de Administración Local y Foral de Álava, Eustorma- estaban llamados a llevar a cabo una encartelada en todos los centros públicos de trabajo del territorio a través de una campaña, que partía bajo el lema Lo público no se vende, se defiende. Ésta criticaba sin miramientos al alcalde de Vitoria, Javier Maroto; al diputado general de Álava, Javier de Andrés, y al presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, todos ellos del PP, como responsables de la actual situación de asfixia que viven muchas familias y muchos trabajadores. Hasta ahí, nada raro.

Pero el día cambio. Y de qué manera. Según ha podido saber este diario, el diputado foral de Promoción Económica y Administración Foral, Luis Viana, remitió el pasado miércoles un escrito a todos los jefes responsables la Administración foral conminándoles a retirar los pasquines de sus áreas de trabajo. La misiva incluye frases como "te insto a que garantices que el personal empleado respete las normas de funcionamiento de la institución" o "es tu obligación controlar que no se produzcan alteraciones en el trabajo diario de la Diputación".

Y, sin embargo, no debió de encontrar receptividad entre los trabajadores forales, ya que tuvo que ser él mismo quien, utilizando a una funcionaria interina, recorrió parte de las sedes técnicas de la institución y de los aledaños del Palacio de la Provincia retirando parte de la cartelería, según desvelaron desde la Junta de Personal foral. Incluso, en la sede de Hacienda, recibió la ayuda del director del área en su empeño. Pese a todo, desde la Junta de Personal de la Diputación se consideró que la acción fue un éxito y se volvió a llamar a toda la plantilla a una nueva concentración el próximo martes.