Laguardia. La asociación de cazadores el Club de los Sietes, de Laguardia y de Lapuebla de Labarca, ha iniciado un proceso contencioso administrativo contra el Ayuntamiento de la capital de la Cuadrilla de Rioja Alavesa por lo que considera una resolución unilateral del contrato del coto de caza. Además, en los próximos días, se podría abrir un proceso penal por una presunta maquinación fraudulenta contra el presidente dimisionario de la sociedad y contra el teniente de alcalde, Antonio Briones, del Partido Popular, a quien consideran que ha utilizado, presuntamente, el membrete del Ayuntamiento para su uso particular.

Según ha informado el abogado de la sociedad de cazadores, Juan Carlos Soto, en el año 2009 se constituyó el Club de los Sietes para gestionar los cotos de Laguardia y de Laserna. Hace unos meses el presidente presentó la dimisión y se convocaron elecciones para nombrar uno nuevo y para renovar los siete vocales, cinco por Laguardia y dos por Lapuebla de Labarca. En ese proceso temporal alguien, cuyo nombre no se ha desvelado, pero que presuntamente puso ser el presidente dimisionario, decidió usar los 20.000 euros del fondo del club para coger el coto de Kripán, con lo que no se pagó a Laguardia la renovación del coto, pero sin que sus asociados lo supieran y dejando la cuenta sin dinero, según la información facilitada por el citado letrado.

El mismo señala que el pasado mes de abril, el Pleno del Ayuntamiento de Laguardia decidió rescindir el contrato con el Club de los Sietes por falta de pago, pero -curiosamente- uno de los que votaron a favor de la rescisión fue el teniente de alcalde y socio del Club, Antonio Briones, quien, según desvela la denuncia, no explicó nada al Pleno, ni comunicó la decisión a sus compañeros cazadores. Soto explica que, en vez de eso, y sin ostentar ninguna representación del Club, se lo comunicó a sí mismo y los cazadores no se enteraron de nada hasta que empezó la temporada.

Mientras, desde el Ayuntamiento, el propio Antonio Briones, sin que al parecer el alcalde tuviera conocimiento de ello, preparó un nuevo concurso para adjudicar el contrato a otra asociación, denominada El Collado, que iba a estar integrada solo por personas de Laguardia, según el abogado. No obstante, los cazadores del Club de los Sietes detectaron la situación y finalmente pusieron el caso en manos del letrado, que ya ha presentado un recurso contencioso administrativo y previsiblemente también formalizará en los próximos días una denuncia de carácter penal contra las personas mencionadas anteriormente, con reclamación de daños y perjuicios para sus defendidos, el Club de los Sietes.

Asimismo también se está investigando la razón por la que un vigilante de la Asociación de Cotos de Álava (ACA) ha estado vigilando la no caza en el coto, sin percibir ninguna remuneración y asegurándose que no había caza en Laguardia, cuando tan sólo en la semana pasada hubo dos incidentes de carretera con estos animales.

El ebro alavés En otro orden de cosas, escolares, organizaciones agrarias y empresariales, bodegueros, profesionales del turismo y la propia maquinaria de la Cuadrilla de Rioja Alavesa han celebrado en Laguardia el Foro Hídrico, tras meses de reuniones y de actividades, que culminaron con un paseo en lancha por el río Ebro, para desarrollar el proyecto Urgune. Ésta es una iniciativa que pretende potenciar el uso del río para ocio con respeto a su calidad medioambiental, e incluso con restauraciones allí donde sea necesario. Según indicó a este diario el presidente de la Cuadrilla, Jokin Villanueva, este foro es la tercera fase del proyecto Urgune y contó con la presencia de técnicos de la Agencia Vasca del Agua, URA, que plantearon a los asistentes al encuentro las políticas de sensibilización medioambiental en los ecosistemas fluviales, no sólo por el caudal de las aguas, sino también por la importancia que tienen en el entorno.

Durante la jornada, intervinieron cuatro estudiantes, dos de la Ikastola San Bizente, uno del colegio de Oion y uno del instituto de Laguardia para comentar sus experiencias tras los talleres realizados en los centros de estudios y el paseo y todos coincidieron en que habían visto al río Ebro con ojos diferentes, como un lugar de ocio y recreo que hay que cuidar y mantener limpio.