En el territorio histórico hay tres productores de cava. Dos de ellos amparados por el Consejo Regulador de los vinos espumosos. Se trata de Bodegas Faustino, de Oion, y Bodegas y Viñedos Artadi, de Laguardia, que además están autorizados para elaborar vino base para cava. A ellos se suma, aunque sin estar presente en la Denominación Cava, la bodega de Loli Casado, de Lapuebla de Labarca, que desde hace un cuarto de siglo produce unas 3.000 botellas de vino espumoso de gran calidad y elaborado de forma muy artesanal.

El Consejo Regulador del Cava ampara los 239.556.000 de botellas de este tipo de caldos que fueron calificadas en 2011 y que proceden de siete comunidades autónomas, entre ellas, Álava, ya que esta Denominación ampara las producciones de 160 municipios, en los que hay establecidas 254 empresas elaboradoras y un total de 6.610 explotaciones con una superficie de 31.765 hectáreas.

Sea como fuere, lo cierto es que al igual que ha sucedido con la vendimia de los viñedos llamados a producir caldos con etiqueta Rioja, la campaña del cava ha recolectado menos fruto, 260 millones de kilos de uva este año, un 17% menos que el año anterior, según datos facilitados por el Consejo Regulador del Cava. La recogida, que finalizó la pasada semana, ha sido más corta de lo habitual y se ha caracterizado por el excelente estado sanitario de las bayas. Sin embargo, la merma en la cantidad ha sido evidente, sobre todo, por un período invernal muy seco, con fuertes heladas no habituales durante el mes de febrero y lluvias al inicio de la primavera, que vigorizaron la vegetación pero no llegaron a suplir el déficit arrastrado en invierno. La brotación se inició bien, pero el ciclo vegetativo llevó un retraso de una semana respecto a la media. Asimismo, los racimos presentaron un tamaño inferior a los de la cosecha anterior. Su maduración se aceleró por la sequía y el calor de primeros de agosto. La recolección se efectuó en función de las características que aportaban las uvas, atendiendo a su acidez y graduación.