Un cielo oscuro empezó a hacerse hueco sobre la capital alavesa según avanzaba la mañana. No era buen presagio para la XV edición del Festival Internacional de Cometas. Y, sin embargo, éstas decidieron volar para dar un toque de color y contrarrestar el gris plomizo que avanzaba hasta esconder por completo cualquier atisbo de azul en la atmósfera. Lo consiguieron. Aunque con limitaciones, ya que la jornada no ayudó en nada a los intrépidos pilotos. En cualquier caso, la cita no defraudó y mientras se pudo, las cometas volaron con libertad sobre el parque de Salburua compitiendo así con las grandes estructuras de hormigón, acero y cristal que han convertido a este barrio gasteiztarra en un hito arquitectónico de la Álava moderna. Se pudo ver a grandes cangrejos, volantines de mil formas y otros con lemas esperanzadores. Pese al chasco climatológico, la idea volvió a calar en la ciudad, que ya espera otras condiciones para disfrutar de este evento -organizado por la asociación de cometistas del territorio histórico Lau Haizetara- como mandan los cánones.

El Festival contaba, dentro de su originalidad -es único, al menos, con este formato en el conjunto de Euskadi-, con disfrutar con el vuelo de alrededor de 350 cometas fabricadas con los materiales más variopintos, desde aquellas nacidas de la celulosa de extractos vegetales de maíz, bambú o algodón hasta las manufacturadas por la industria asiática a base de plásticos de los más ligeros. Sin embargo, los goterones amilanaron a más de uno y finalmente volaron menos ejemplares de los previstos.

En cualquier caso, hubo intenciones que sí que se convirtieron en realidad, como el One sky, one world-Un Cielo Un Mundo, una iniciativa de lo más loable que consistió en enviar al cielo lemas y mensajes de paz. Hacia allí volaron, como también lo hicieron las cometas de gentes llegadas desde otras regiones del Estado. De ahí que la lluvia intensa desluciera el espectáculo y las ilusiones de mucha gente. En cualquier caso, con la jornada de ayer se recuperó un espacio principal de la capital alavesa para el vuelo de las cometas. El caso es que durante muchos años, la urbanización de Salburua había provocado que el Festival se trasladará a otros lugares, fundamentalmente, a las playas de Garaio, junto a los embalses del sistema hídrico del Zadorra, donde la cita se había enraizado. Sin embargo, junto al verde de Salburua se espera que el evento vuelva por sus fueros a poco que el tiempo acompañe.