vitoria. La crisis ha conseguido cambiar algunos hábitos, como el de los jóvenes que nada más cumplir la mayoría de edad se sacaban el permiso de conducir. El dinero no llega a casa, o no lo hace al menos en la misma medida que antes, por lo que los padres deben priorizar otras necesidades antes de matricular a sus hijos en una autoescuela. De ello ya se dieron cuenta hace tiempo los centros gasteiztarras que han visto bajar su facturación en torno a la mitad desde que comenzaron las dificultades económicas. Lejos de recuperarse, aseguran que éste está siendo un año "difícil".

Junio y julio suelen ser los meses más fuertes para el sector, junto con septiembre. Sin embargo, el número de inscripciones ha vuelto en esas fechas a evidenciar el mal momento por el que pasan las autoescuelas. Calculan que en sólo un año han podido perder cerca del 30% de sus alumnos, y lo que es más grave, no sólo tienen problemas para atraer a nuevos estudiantes sino que los que ya estaban apuntados una vez aprobado el examen teórico han decidido posponer las clases prácticas. "La gente no puede seguir y no porque sea caro sacarse el carné, estoy seguro de que si costara la mitad pasaría lo mismo", cree Oscar Salazar, propietario de Claxon, centro que ha optado por asumir el incremento del IVA, que ha pasado del 18 al 21%, para que no repercuta en los alumnos.

La opinión es compartida por la Asociación Alavesa de Autoescuelas, que reconoce que aunque la entrada de este sector en la crisis fue tardía, ahora les está golpeando de lleno. "Hasta ahora, al menos, las familias cobraban el paro, pero se les ha acabado y no pueden gastar dinero", apunta Txomin Nasarre, su presidente. Del mismo modo, también intuye que la salida va a ser más lenta. "Está siendo un año malo pero no hemos tocado fondo", añade.

Lo que antes era un bien de primera necesidad se ha convertido en algo de los que poder prescindir, al menos de momento. "Los estudiantes se lo sacaban por motivos de ocio cuando cumplían los 18 y los padres ahora prefieren esperar, y por otra parte, los trabajadores tampoco lo necesitan porque muchos de ellos están en paro", explica Salazar. Si no fuera por la falta de recursos, podría ser de hecho un buen momento para colgar la L en la parte trasera del coche ya que, según apunta Matilde Rodríguez, de la autoescuela Lovaina, "el examen teórico es cada vez más fácil".

En la autoescuela Mendizorroza, por su parte, aportan otro motivo más que explicaría la bajada que han experimentado las matriculaciones en las autoescuelas. "En Vitoria, los ciudadanos cada vez usan más el transporte público, así como la bicicleta", asegura José Luis Arrieta. La mejora de las líneas de autobuses urbanos y la incorporación del tranvía a las calles de la capital alavesa podría haber repercutido de forma negativa en el sector, ya que cada vez son más las personas que recurren a estos medios de transporte para acudir a trabajar o para traslados de otra índole.

Así las cosas, las autoescuelas tratan de buscar fórmulas para evitar una fuga de clientes, aunque no resulta fácil. De momento, la mayor parte de ellas ha decidido mantener los precios, y aseguran que muchas trabajan por debajo del coste real. "Hemos perdido poder adquisitivo durante todos estos años", explica el presidente de las autoescuelas alavesas. Este esfuerzo les está permitiendo seguir adelante sin necesidad de echar el cierre de ningún local, si bien es cierto que no han podido evitar los despidos. "Hay autoescuelas que están en ERE y trabajadores que se han ido a la calle", asegura Nasarre.

El sector mira con cierto optimismo el futuro y espera que este parón sea transitorio. "El carné de conducir se puede retrasar pero, al final, va a llegar un momento de tu vida en el que te lo tengas que sacar", añaden desde la asociación.