vitoria. Aunque la calidad del aire alavés todavía tiene margen de mejora, a día de hoy puede presumir de ser el más respirable de toda la geografía vasca. El estudio de Ecologistas en Acción apunta a la zona del Bajo Nervión, donde se encuadra gran parte del llamado Gran Bilbao, como la más contaminada de toda la CAV, debido fundamentalmente al fuerte tráfico que soporta y a su actividad industrial. Áreas de la capital vizcaína como Indautxu, incluso, superan los límites legales establecidos por la normativa europea por la alta presencia de dióxido de nitrógeno en su aire. De forma más general, durante el pasado ejercicio los contaminantes que más incidencia presentaron en la comunidad autónoma fueron las partículas en suspensión en todas sus modalidades, seguidas por el ozono troposférico y, en menor medida y más puntualmente, el dióxido de azufre.
Con todo, el año pasado se produjo una reducción generalizada de los niveles de contaminación en el aire vasco respecto a los alcanzados en 2008 y años anteriores, un fenómeno que, eso sí, se debió a razones coyunturales más que a la aplicación de medidas planificadas y orientadas a mejorar la calidad del aire. Entre las causas de esta situación destacan la reducción de la movilidad originada por la crisis económica, la reducción de la actividad industrial y ciertos cambios en el parque automovilístico hacia vehículos más pequeños, eficientes y, por tanto, menos contaminantes.
escasa información Ecologistas en Acción alerta en su informe de que la información al ciudadano sobre este sensible campo "no es ni adecuada ni ajustada a la gravedad del prometa" y propone varias vías de actuación para reducir la contaminación del aire. Son, por este orden, la reducción del tráfico motorizado en las zonas metropolitanas, disminuir la necesidad de movilidad, potenciar el transporte público, dar facilidades a los medios no motorizados en las ciudades y adoptar las mejores tecnologías industriales disponibles para reducir la polución.
El colectivo ecologista censura la tendencia de la legislación europea a relajarse, algo que a su juicio trae de la mano un "maquillaje" que sirve para evitar que muchas zonas aparezcan como contaminadas. Así, "se hacen pasar como saludables, o al menos como legales, niveles de contaminación nocivos para la salud".