La vida útil de Garoña termina el año que viene y su propietaria, Nuclenor, ya ha anunciado que no va a pedir una prórroga, por lo que desde Confemetal confían en que este activo se ponga a la venta o se adjudique mediante subasta, ya que no se cerraría por problemas de seguridad, sino por un trámite administrativo.
De esta manera, la gran industria pretende compensar el impacto del paquete de medidas fiscales que tiene previsto aprobar el Gobierno para la generación de electricidad, ya que la energía constituye una parte muy importante de los gastos de estas empresas.
Confemetal asegura que este encarecimiento de los costes "mermaría sensiblemente" la competitividad de estas empresas e incluso podría "colapsar" el sector.
Así, inspirados por la experiencia de un grupo de industriales finlandeses, los empresarios agrupados en la patronal pretenden explotar el reactor para garantizarse "un suministro energético barato y de calidad".
Actualmente, el autoconsumo eléctrico no está recogido en la legislación, por lo que, según han apuntado a Efe desde la patronal, la energía generada se vendería en el mercado mayorista y de ahí lo adquirirían las industrias.
De esta manera, la sociedad que gestionaría la nuclear, propiedad de las industrias, suscribiría contratos bilaterales de venta de la electricidad con esas mismas industrias a precios mucho más bajos que los del mercado.
Aunque el valor de Garoña no está cuantificado, las 100.000 empresas asociadas en Confemetal consideran que tendrían "suficiente capacidad económica y de gestión" para afrontar la compra.