Vitoria. A veces, muchas veces, la respuesta a la preocupación de las familias por los malos resultados académicos de sus menores está en el lugar más insospechado, en los ojos. Ni el niño o niña está desmotivado, ni se siente aislado en clase, ni le falta inteligencia ni le sobra desidia. Simplemente, no ve bien. Así lo aseguran expertos oftalmológicos, que apelan a estudios según los cuales el 30% del fracaso escolar en Álava se debe problemas visuales de diversa índole.
Cuando, por ejemplo, el menor ladea la cabeza con demasiada frecuencia puede estar tratando de hacer frente con sus propios medios a un problema de astigmatismo. Cuando se acerca a la pantalla del ordenador para poder ver bien, o prácticamente pega la nariz a los libros intenta combatir su miopía. Por ello es fundamental someter a los pequeños a revisiones desde la más tierna infancia, pues un diagnóstico a tiempo puede dar una rápida solución a problemas que, según van pasando los años, se hacen más difíciles de atajar.
"Detectar estos casos de forma temprana facilitará su corrección si hablamos, por ejemplo, de la ambliopía u ojo vago, y permitirá un rendimiento satisfactorio en clase", según el doctor de la Fernando Llovet. Este médico recomienda que desde los cuatro años los niños sean sometidos a revisiones oftalmológicas, si no se han detectado anomalías con anterioridad, y que se les observe desde pequeños para no pasar por alto cualquier problema en la vista. Mas adelante tampoco se debe bajar la guardia. Los oftalmólogos recuerdan que una mala graduación de las gafas, la ausencia de descanso o una distancia incorrecta frente al ordenador pueden causar cefaleas, irritación o deshidratación ocular.
El doctor Llovet señala una serie de pautas para, al margen de la edad, evitar problemas oculares. "Trabajar a más de cuarenta centímetros de la pantalla del ordenador, haciendo descansos de cinco minutos cada media hora; proteger siempre los ojos del sol con gafas homologadas, potenciar una alimentación rica en vitamina A, en el caso de los menores; leer y estudiar con una iluminación correcta, no forzar los ojos cuando ya existe síntomas de cansancio y someterse periódicamente a revisiones oftalmológicas".
A la cabeza del Estado En muchas ocasiones, el de la vista es un problema oculto que puede tardar en manifestarse con claridad, y que al parecer está detrás de ese 30% del fracaso escolar que se registra en el territorio histórico y en el conjunto de Euskadi, por otra parte uno de los más bajos del Estado. En la CAV son aproximadamente un 15% los jóvenes que no acaban sus estudios secundarios, la mitad que en la media del Estado. Tanto en Euskadi como en el resto del Estado español, estos porcentajes son prácticamente equiparables con los de la población parada, un dato que da qué pensar, aunque no haya sido hasta hace un par de años cuando ambos factores han llegado a ir de la mano. Esa tasa de estudiantes vascos que no culminan su etapa escolar con un título, por otro lado, es muy similar a la media europea.