Vitoria. A estas alturas prácticamente nadie duda de la importante labor que hacen los euskaltegis a favor de la euskaldunización de la población adulta. En un territorio con pocas oportunidades para poder usar esta lengua, como es Álava, llevan años formando generaciones que no tuvieron la oportunidad de aprender euskera en la escuela o que simplemente necesitan reciclarse. Sin embargo, no corren buenos tiempos para este sector a la vista de los primeros datos de matrícula recogidos.
El número de alumnos inscritos para este curso ha sufrido un descenso que ronda el 20%. Éste es al menos el cálculo que ha hecho AEK, y que según su coordinador en Álava, Gorka Arbulu, podría aplicarse al resto de euskaltegis del territorio histórico. "Ha sido una caída bastante gorda que no sólo afecta a la euskaldunización, es también una cuestión laboral", asegura. Estima, en este sentido, que una cuarta parte de los trabajadores podrían perder su puesto.
La crisis ha sido sin duda un factor clave en este descenso de matrículas, debido a que la capacidad adquisitiva de las familias alavesas es cada vez menor, pero no es el único. Desde los euskaltegis se culpa a las distintas administraciones de no haber adoptado una política lingüística común y más estable, ajena a los distintos cambios de gobierno. "Llevamos ya 30 años diciendo que el de la euskaldunización de adultos tenía que ser tratado como un sector estratégico y no ha sido así", añade Arbulu.
Hasta ahora en Álava se calcula que podría haber más de 6.000 personas estudiando euskera en alguno de los seis euskaltegis existentes en el territorio -AEK, IKA, Udaberria, Hegoalde, Mondragon Lingua y Bai & By-, aunque la cifra se verá reducida más que probablemente este curso. Dos hechos recientes, como la eliminación de las ayudas individuales que hasta ahora concedía el Gobierno Vasco para aprender euskera, y que permitían a los alumnos ahorrarse hasta un tercio de la matrícula, y también la reducción de las subvenciones a los euskaltegis, que este curso han bajado un 7%, han tenido mucho que ver en ello.
Cabe recordar, sin embargo, que no todas las administraciones han decidido meter la tijera en materia de euskera. El Ayuntamiento de Vitoria, por ejemplo, mantiene todavía la línea de ayudas a padres, lo que hace más factible el desembolso de los 700 euros que puede costar un curso. De hecho, desde AEK animan a solicitarla ya que, aunque ha finalizado la matrícula, todavía siguen admitiendo alumnos.
En cualquier caso, sus responsables consideran que ha llegado el momento de reivindicar la gratuidad de la alfabetización de adultos y que la Administración destine los recursos necesarios para lograr tal fin. "Si el euskera es una lengua oficial no podemos pagar por aprenderla", señala.