vitoria Quince días después de que el ministro de Economía y Competitividad reconociera que el proyecto del Centro Nacional de Investigación en Envejecimiento (CNIE), vendido en julio de 2011 por la entonces ministra Cristina Garmendia y el lehendakari López estaba en fase de revisión, y que se encontraba parado por la falta de concreción del Gobierno López, el Consejero de Gobierno aprobó ayer por sorpresa, y de nuevo a menos de un mes de unas elecciones, los estatutos y el plan de actividades de un nuevo CNIE.

En efecto, el Centro Nacional de Investigación en Envejecimiento, que presentó ayer el consejero Bengoa tras el Consejo de Gobierno, poco o nada se parece al que vendió en noviembre de 2011 con la exministra de Ciencia e Investigación, Cristina Garmendia. Lo más importante, la dimensión del proyecto. Si hace menos de un año el proyecto diseñado tenía una dotación anual de 54 millones de euros, financiado al 50% entre el Gobierno vasco y el español, el nuevo CNIE arranca con una dotación mucho más modesta: 7,5 millones de euros. De ellos, tres millones son provenientes del Gobierno vasco y los otros 4,5 son de fondos europeos Feder. El Gobierno español, tal y como adelantó Luis de Guindos, no va a financiar un solo euro.

menos investigadores Según Bengoa, el CNIE contará con científicos del más alto nivel, aunque no quiso especificar el número, aunque con la financiación prevista será mucho menor al que él mismo anunció a bombo y platillo en noviembre de 2011. El Centro Nacional de Investigación en Envejecimiento desarrollará sus actividades en el ámbito del envejecimiento celular a nivel molecular, la investigación genética y la creación de productos, tecnologías y servicios que puedan utilizarse en el mercado sociosanitario y al tiempo sean eficaces en el uso individual.

A través de los trabajos de este centro, se espera mejorar la calidad de vida de las personas y su tiempo de vida sin enfermedades. También se pretende contribuir a prevenir, retrasar e incluso evitar el desarrollo de enfermedades crónicas, en muchos casos íntimamente ligadas a la vejez. Está concebido como un centro de investigación en red, de forma que complementará sus actividades propias con la formalización de convenios con otros centros de investigación de reconocido prestigio, tanto nacionales como internacionales. Así, su actividad servirá para prevenir, retrasar e incluso evitar el desarrollo de enfermedades crónicas ligadas en muchos casos a la vejez.

El complejo estará ubicado en Donostia, en el Parque Tecnológico de Miramón, en una sede provisional hasta que disponga de sus instalaciones definitivas en 2015. El Ejecutivo considera que su creación facilitará la generación de puestos de trabajo de personal de alta cualificación y el desarrollo global de los agentes relacionados con la I+D+i sanitaria en Euskadi. Lo que queda ahora en al aire es si se trata de otra propuesta electoralista -hasta ahora todos los pasos dados en este proyecto han sido cerca de unas elecciones- o, si por el contrario, esta vez va en serio.