Vitoria. La indignación y el miedo se han instalado en la iglesia evangélica Filadelfia, un histórico recinto de culto para la comunidad gitana de Gasteiz que se ubica en la calle Barrenkale. 20 de sus fieles tuvieron que ser atendidos en el hospital a última hora de la tarde del martes tras sufrir una "brutal" y "desproporcionada" actuación de la Policía Local y la Ertzaintza que les dejó múltiples lesiones y se saldó, además, con dos detenidos por atentado contra la autoridad. Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 20.30 horas, cuando un objeto lanzado por un niño de ocho años -una piedra según el Departamento vasco de Interior, un cubito de hielo según varios testigos presenciales- impactó contra un vehículo conducido por policías de paisano, a la altura de la plazuela de Aldabe.

Entonces se desató la batalla, que cuenta con dos versiones bien diferentes según quién la relate. La Ertzaintza aseguró el miércoles que los agentes "trataron de detener al menor, pero éste tropezó con un bolardo y cayó al suelo". A partir de ahí, "familiares del niño arremetieron contra los agentes y dos de ellos resultaron heridos". La comunidad gitana, entretanto, asegura que una treintena de sus integrantes, entre los que se encontraban en el lugar de los hechos más niños e incluso una mujer que ronda los 70 años, recibieron una "paliza" sin mediar "provocación alguna" por parte de estos agentes y los refuerzos que solicitaron, más de una veintena según testigos. La trifulca se desató sólo un día después de que el alcalde, Javier Maroto, prometiese "mano dura" contra el clan gitano de los bartolos.

Ayer, este periódico tuvo acceso a los partes de lesiones de las personas atendidas en el hospital, entre las que no faltan las fracturas, los hematomas, las contusiones, los esguinces o una trombosis. "Todos los golpes que nos hemos llevado han sido para quitárselos a nuestros hijos y ancianos", advirtió ayer Ezequiel Gabarri, uno de los heridos. El parte del niño que lanzó el objeto y por el que se generó la intervención recoge, incluso, una lesión en el cuello con puntos de equimosis, generada según su testimonio porque uno de los agentes le agarró con fuerza de la cabeza. "Nuestros niños no concilian el sueño desde entonces. Están traumatizados", añadió Gabarri.

Los heridos han dado el paso y denunciarán tanto a la Policía Local como a la Ertzaintza debido a esta actuación. La abogada del colectivo, que adjuntará los partes de lesiones, ultimaba ayer la demanda. "Queremos exigir responsabilidades a nivel municipal o autonómico y la justicia que el martes se nos negó", advirtió Pascual Borja, portavoz de la asociación cultural Gao Lacho Drom.

El colectivo, en principio, se reunirá el próximo lunes con Maroto para tratar este lamentable suceso e, incluso, el alcalde podría disculparse según algunas fuentes. Varios vecinos de la zona han mostrado su disposición a ejercer de testigos cuando llegue el juicio. "Por unos minutos volvimos al 3 de marzo", aseguró ayer Gurutze, vecina de Barrenkale. Además, representantes Gasteiz Txiki, Egin Ayllu y del Gaztetxe se acercaron al templo para mostrar su solidaridad el colectivo.