Vitoria. La plataforma Araba sin Garoña aseguró ayer que Nuclenor ha renunciado a proseguir con la actividad de Garoña hasta 2019 porque la central, que ha superado su vida útil de cuarenta años, ya no puede producir con unas mínimas condiciones de seguridad. Nuclenor afirma por su parte que no ha pedido la prórroga, tal y como defendía desde años, porque el PP ha instalado la incertidumbre en un mercado energético que los conservadores están reformando en profundidad.
El ministro de Industria, José Manuel Soria, puso en bandeja la prórroga nada más llegar al cargo, dejando sin efecto el cierre decretado para 2013 por el Gobierno de Rodríguez Zapatero y ratificando así la apuesta popular por la energía nuclear. Eso sí, el Gobierno ha decidido aplicar nuevas tasas a un sector que se había librado de la subida generalizada de impuestos en todos los sectores de la sociedad, incluido el energético. De hecho, esa carga impositiva ha hecho que las fuentes renovables ya no sean rentables en el Estado para las grandes empresas.
Desde Araba sin Garoña, sin embargo, se asegura que Nuclenor no rechazó la prórroga -hasta ahora estaba dispuesta a invertir 120 millones de euros en seguridad- porque le vayan a cobrar más impuestos, sino porque la central no ha pasado las pruebas de esfuerzo decretadas tras la catástrofe de Fukushima.
Además, en agosto se convocó de urgencia a todos los gestores nucleares de diferentes países a Bélgica para conocer el alcance de los graves defectos que presentaba la vasija de una de sus centrales -ayer se conoció que otra nuclear belga también presenta problemas-. Las autoridades decretaron el cierre inmediato e instaron a los países que tuvieran instalaciones gemelas a hacer lo propio. Garoña se construyó con las mismos materiales y con una técnica similar. Escasos días después de la visita del CSN a Bélgica, Nuclenor declinó seguir adelante con su actividad, aunque mantiene que puede operar "de manera fiable".
Mientras, en Castilla y León preocupa la pérdida de empleos que puede acarrear el cierre de Garoña y por ello la Junta pidió a Nuclenor que "mueva ficha".